Sobre el final del mes, la publicación del PBI avanzado del tercer trimestre en Estados Unidos le quitó brillo al dólar, que se impuso con claridad en prácticamente todos sus frentes. Se esperaba un 2.7% de crecimiento en la primera economía del mundo, pero todo se redujo a modesto 2%, lo cual pone de manifiesto que las cosas no van tan bien como se suponía. Habrá que ver que opinión le merece a la Fed esta cifra, en su reunión del próximo miércoles.
Lo cierto es que el dólar cayó, y con bastante fuerza, ante el euro, la libra, el yen, el franco suizo y las monedas “commodities”, en tanto el oro se ve revitalizado, lejos de niveles críticos, pero sí con una perspectiva alcista para las próximas sesiones.
En el caso del euro, su alza se fundamenta además en el comunicado de política monetaria del Banco Central Europeo, que fue defendido por su titular, Christine Lagarde, en su conferencia de prensa. El comunicado en sí mismo no cambió sustancialmente respecto a los anteriores, como tampoco lo hizo la presentación de Lagarde. Sin embargo, la inflación en el 3.5% en la Eurozona, y bastante por encima del 4% en Alemania, primera potencia europea, enciende las alarmas de la economía del bloque.
Si bien tanto Lagarde como el Comité de Política Monetaria expresaron que se trata de un fenómeno coyuntural, explicado sobre todo por el aumento de la energía y los problemas de aprovisionamiento de bienes, la preocupación existe. Lagarde no habló de recortes de fondos, pero sí dejó abiertas las puertas a que se discuta sobre el particular en la reunión de diciembre, última del año. Esto permite deducir que los planes de estímulo permanecerán sin cambios hasta bien entrado 2022.
También se mencionaba, a priori, la probabilidad de que la tasa de interés, actualmente en cero, fuera incrementada en algún momento del año próximo, algo que Lagarde desestimó. En síntesis, la inflación preocupa, pero no tanto, y lo que más inquietud genera es el crecimiento económico en el futuro.
La caída del dólar llevó a la libra a superar 1.3800, y aunque circunstancialmente aparezca más firme que el euro, su sesgo se mantiene bajista en el gráfico diario. El euro, que lució más débil durante todo el mes, se recupera en buena forma, pero tendrá firmes resistencias en 1.1730 y, más arriba, en 1.1765. A la baja, el quiebre de 1.1630 podría desencadenar una nueva baja de la moneda única, algo que vemos altamente probable en las próximas sesiones.
En cuanto a la bolsa de Nueva York, las acciones tecnológicas presentan un panorama dispar. Así como Tesla atraviesa sus mejores horas, impulsado por un muy buen balance conocido a inicio de semana, Amazon no tuvo esa suerte en su reporte de ganancias conocido apenas cerrada la sesión de la víspera. Por su parte, Facebook anunció su cambio de nombre a Meta, por lo que desde diciembre tendrá esa denominación. Esto generó una recuperación en el alicaído papel de la red social líder.
Los índices bursátiles mantienen sus altos perfiles, y apuntan a máximos históricos, aunque sus curvas de precios no aparecen tan precisas ni veloces como dos semanas atrás. La proximidad de la reunión de la Fed probablemente ralentice tanto su crecimiento como la velocidad de sus movimientos.
El calendario de noticias incluye los habituales informes de fin de mes, gasto y consumo personal, deflactor de la Fed, PMI de Chicago y segundo índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan. La mayoría de estos datos quedan solo para la estadística, con muy poco movimiento esperado al momento de las respectivas publicaciones.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana. Nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College