El retorno a la actividad, luego del fin de semana largo, ofreció nuevas ganancias para el dólar en todos los frentes. El euro volvió a tocar un mínimo anual, esta vez extendido a niveles que no tocaba desde julio de 2020, cuando intentaba recuperarse después de su feroz caída producto del inicio de la pandemia.
La libra esterlina, dentro de lo que cabe, logró hacer pie ante el dólar al cabo del martes, y las monedas vinculadas a las materias primas se mantienen en las primeras horas del miércoles sin cambios relevantes.
El yen está dando nuevamente la nota, con un mínimo de más de dos años y medio ante el dólar. Su llegada a la zona de 114.00 se torna inminente, aunque la sobrecompra de los pares en que interviene la moneda nipona en el corto plazo invita a vender más que a comprar. Al menos, por unas cuantas horas más. Si bien se esgrimen cuestiones vinculadas con los rendimientos de los bonos, es la potencia propia del dólar lo que ha hecho caer al yen. Pero habrá que tener cuidado.
La caída del euro sí tiene varios motivos. Los primeros, y tal vez más importantes, tienen que ver con los datos de la Eurozona en general, y de Alemania en particular. La primera potencia europea no logra encadenar dos datos positivos consecutivos, y en fila se alinean el PMI de manufacturas, la producción industrial, el índice ZEW, entre otros, para explicar el actual movimiento. Todo ello sin tener en cuenta que la próxima salida de Angela Merkel dejará al euro sin su principal defensora en los hechos, no en las palabras, como lo han demostrado distintos líderes del bloque en los últimos tiempos. Desde inicio de 2021 venimos insistiendo con que la salida de Merkel será muy dura para la moneda única, y por un motivo u otro, eso está sucediendo.
El oro protagoniza un caso notable de un activo que, habitualmente volátil e imprevisible, se mueve sin cambios durante varios días. Con pequeñas oscilaciones, el oro no logra salir de un rango de precios estrecho, y le costará salir del mismo hacia arriba, salvo que logre superar los 1780 dólares.
Todo lo mencionado estará a prueba a las 8:30 del este, cuando se conozca el dato de inflación minorista de septiembre. La inflación podría ceder en términos interanuales, pero el aumento del costo de energía en los últimos meses comenzará a tener peso en el futuro. La Fed, que se ha mostrado contraria a recortar fondos durante mucho tiempo, deberá tomar medidas en noviembre o diciembre, si pretende no seguir perjudicando a la población para evitar el malhumor de los mercados, como lo ha hecho hasta ahora. El argumento de que se trata de un fenómeno transitorio no es válido para la enorme clase media estadounidense, gran parte de la cual no tiene capacidad de ahorro.
Las Minutas de la última reunión de política monetaria de la Fed aparecen ya antiguas, pese a que han pasado solo 3 semanas de dicho encuentro. Mucho ha sucedido desde entonces, y habrá que evaluar, a las 2:00 pm del este, cuando se conozca el comunicado, cual ha sido la visión de los oficiales del FOMC, gran parte de los cuales parece ahora decidida de recortar fondos, algo a lo que se negaba rotundamente dos meses atrás. Esta visión corporativa le quita credibilidad al banco central, mostrando la falta de independencia de sus directores de política monetaria.
A las 9:30 del este, con la apertura de Wall Street, se verá el efecto que sobre los mercados tendrá la inflación. En principio, el dólar parece preparado para retroceder, y el yen para crecer.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
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