La publicación de los datos de empleo no agrícolas en Estados Unidos mantiene muy alta la expectativa de los mercados en las primeras horas del viernes. La calma que presentan desde el jueves por la tarde los activos principales anticipa que lo que viene será fuerte, con un alto impacto en el dólar.
El informe, previsto para las 8:30 del este, viene con un pronóstico positivo. Se espera que en septiembre se hayan creado unos 490 mil nuevos puestos de trabajo, con una tasa de desempleo que volvería a caer, esta vez al 5.1%.
Si esto se confirma, quien deberá poner las barbas en remojo es el presidente de la Fed, Jerome Powell. Si bien ya vino advirtiendo en varias oportunidades que habrá recortes en los fondos que mensualmente el banco central coloca en la economía, a razón de 120 mil millones de dólares, lo concreto es que aún no hubo acciones al respecto. Según Powell, un buen dato de empleos de septiembre es lo que necesita para tomar la decisión. Será bueno ahora saber cuan bueno debe ser este informe para que ello ocurra.
Los mercados ven venir este recorte. La fiesta que vivió Wall Street durante mucho tiempo, aún en los peores momentos de la pandemia, parece llegar a su fin, y en las últimas semanas las acciones principales se movieron en forma errática. Pese a ello, esta semana los índices volvieron a brillar, tal vez en un último intento de estirar el buen momento vivido, aunque los signos de que va a producirse un cambio de dirección son evidentes.
Por otro lado, el dólar creció en forma violenta ante las monedas principales, con especial énfasis en su cruce con el euro y con el yen. La moneda única no logra encontrar una recuperación de mediano sustento, en especial porque desde Europa no llegan señales muy claras en materia de política monetaria, pese a que la inflación del bloque superó por lejos el 3% interanual.
La libra esterlina llega a esta instancia con signos de recuperación, algo poco esperable dada la crisis de abastecimiento que sufre Reino Unido, producto a su vez del despropósito del Brexit, cuyas consecuencias recién ahora comienzan a percibirse. La libra tiene que superar ahora la zona de 1.3700 para aspirar a ganancias adicionales, algo que puede conseguir durante las próximas horas, sobre todo si el dato de empleos no es muy satisfactorio.
El yen se acerca a su mínimo anual, de 112.05, producto de la fortaleza del dólar. Sin embargo, no conviene confiar en que este movimiento se estire mucho más. Si las cosas comienzan a complicarse en Wall Street, será el yen uno de los beneficiados.
Otro activo que podría ganar en tal circunstancia es el oro, que en las últimas horas muestra una llamativa quietud, a la espera de los datos de empleo mencionados. La superación de 1770 dólares, y más aún de 1780 dólares, es lo que necesita el metal precioso para salir de su incómodo nivel actual de 1750 dólares.
Como de costumbre, la sugerencia es esperar a que se publiquen los datos antes de tomar acción en el mercado. Considere, amigo lector, que este viernes es víspera de fin de semana largo, y que después del mediodía de Nueva York poco habrá para hacer. Con todo el mes por delante, no se apresure con los movimientos posteriores a los informes, que suelen ser erráticos y poco previsibles.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
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