En Estados Unidos, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó hace unas horas un proyecto de ley para suspender el techo de gasto y evitar que el país entrase en una suspensión de pagos de la deuda. La iniciativa recibió el apoyo de 219 legisladores, mientras que 212 votaron en contra.
Los futuros del S&P 500 están subiendo en este momento +0,80% y el Euro Stoxx 50 +0,78%. No están volando porque daban por sentado que se llegaría a un acuerdo, algo que prácticamente siempre ha sucedido.
Vamos a explicar todo esto del techo de gasto, el cierre de la Administración y demás cuestiones.
El problema en el que nos encontrábamos es que la Administración de Estados Unidos estaba gastando cantidades ingentes de dinero en diversos programas a raíz de la crisis del coronavirus, de manera que gastaba bastante más dinero del que recauda vía impuestos federales.
Claro, Estados Unidos no puede endeudárselo lo que quiera sin límite alguno, es el Congreso el que fija el máximo de gasto cada ejercicio. Un tema delicado porque en caso de requerir el Gobierno más dinero y haber llegado ya al tope de gasto, se pone en riesgo el pago de sus obligaciones, como pueden ser los sueldos de los trabajadores públicos, los intereses de deuda, los servicios públicos, los beneficios del seguro social, etc.
Pero si vemos los antecedentes y lo sucedido en los últimos 60 años, hemos visto 75 subidas del techo de gasto y en los últimos 100 años 98 veces. Y es que al final siempre se alcanza un acuerdo entre los partidos políticos porque es peor el remedio que la enfermedad, acuerdo que en esta ocasión se tenía que lograr como muy tarde el 30 de septiembre. Los republicanos sí permitieron sumar 7 billones de dólares a la deuda del país cuando gobernaba Trump, pero ahora que es Biden el que está en la Casa Blanca se oponían.
El caso es que el tope estaba fijado en 22 billones de dólares, cuantía ya superada porque la deuda va ya por 29 billones de dólares.
En su momento se implementaron una serie de medidas extraordinarias que se calculó que brindarían al Gobierno liquidez hasta octubre más o menos para evitar la tan temida suspensión de pagos de la deuda, algo que nunca ha sucedido, aunque hace 10 años con Obama se acercó bastante, incluso Standard & Poor’s rebajó la nota de solvencia del país. Pero quedaban balas en la recámara, por ejemplo el Tesoro podría suspender las inversiones en programas y tomar dinero prestado de esos fondos, algo que no es nuevo y no es la primera vez en la historia que sucede, con vista a dar oxígeno al Gobierno durante unos meses más.
Otro concepto a tener en cuenta es el cierre del Gobierno o shutdown por falta de dinero y supone el cierre de manera temporal de los servicios de la Administración federal cuando el Congreso no alcanza un acuerdo sobre los presupuestos, con lo que los funcionarios se quedan en casa sin cobrar.
Esto sucedió por ejemplo en 2013 (duró 16 días) por el Tea Party, el ala más conservadora del Partido Republicano, debido al Obamacare, la reforma sanitaria. En esa ocasión 850.000 trabajadores federales se quedaron en sus hogares sin poder ir a trabajar y sin cobrar, es decir, el 40% de la administración. Previamente con Bill Clinton el cierre duró 3 semanas.
En 2018 también sucedió siendo la primera vez que se produce un shut down teniendo un partido la mayoría en el Congreso, el Senado y controlando la Casa Blanca. En aquella ocasión se estimó que el coste económico eran 6.500 millones de dólares cada semana de cierre.
Así pues, los trabajadores de la administración federal que se consideran esenciales siguen trabajando, aunque no cobran, pero la Administración se compromete a pagarles lo que se les debe una vez el Congreso apruebe un nuevo presupuesto y el presidente lo firme.
Debido al shutdown, se cierran las oficinas gubernamentales que no son fundamentales, las actividades de turismo como museos y zoos, la Biblioteca del Congreso y los Archivos Nacionales, los parques nacionales, los empleados federales no cobran sus nóminas, se suspende el servicio de recogida de basuras, no se emiten pasaportes, cierran organismos de investigación, y por supuesto cierra también el Congreso y el Senado. En cambio los tribunales no cierran.
Otro problema añadido es que debido a la fuerte reducción del número de trabajadores, la recaudación y la devolución de impuestos se ralentiza bastante.
¿Y cómo han reaccionado los mercados históricamente ante los cierres de Gobierno? Decir que los mercados ya no se asustan, están más que acostumbrados a estos problemas y los enfrentamientos entre las fuerzas políticas aunque vaya en contra del país.
Si cogemos un periodo de 20 años, por ejemplo de 1976 a 1996 tenemos que hubo 17 cierres del Gobierno de Estados Unidos, uno con más duración y varios con tan solo 24 horas. Pues bien, los mercados subieron ocho veces y de las veces que cayó sólo en seis de ellas fue con un recorte superior al 2%. Si cogemos los últimos 40 años el S&P 500 cayó un -2,2% de media la semana anterior a la fecha límite. El peor año fue en 2018 cuando a finales del ejercicio se hundió un -7% pero enseguida recuperó la pérdida. Así pues, desde el punto de vista histórico no suele suponer un excesivo problema para Wall Street.
Como dato apuntar que los rendimientos de las letras del Tesoro con vencimiento en torno al 18 de octubre, fecha en la que el Tesoro estadounidense podría quedarse sin capacidad para evitar un impago federal, subieron más que los de otros valores.
Las últimas horas han sido frenéticas. El lunes por la noche, los republicanos bloquearon un paquete legislativo en el cual los demócratas habían vinculado la aprobación de un aumento del techo de deuda con otra medida para financiar la Administración. El martes bloquearon otro intento demócrata para evitar una suspensión de pagos de la deuda nacional que se produciría el próximo 18 de octubre.
Hay que tener en cuenta que actualmente el Gobierno pide prestado más de 20 céntimos por cada dólar que gasta y el Tesoro empezaría a dejar de pagar a los prestamistas, a los ciudadanos o a ambos.
Cada vez hay más voces que dicen que lo más sencillo sería suprimir por completo el límite de endeudamiento porque piensan que viola la Constitución del país.
Una idea revolucionaria que los expertos en política económica plantearon durante la crisis de 2011 fue que el Tesoro acuñara una moneda conmemorativa de 1 billón de dólares. Depositarían la moneda en la Reserva Federal y utilizarían los fondos para pagar las facturas del gobierno, evitando así el impago. Obama reconoció que su administración discutió la idea. Pues algo similar apareció en esta ocasión y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que Jerry Nadler también lo había planteado. Pero la Casa Blanca rechazó la idea.
Artículos publicados con la autorización de Investing.com. Por favor, consulte importantes advertencias de riesgo y legales.</p