El cierre de la semana anterior no dejó mucho para el análisis. El dólar se mantuvo casi sin cambios, cediendo incluso algunas posiciones frente a las monedas líderes, aún cuando mantiene una nítida tendencia alcista de mediano plazo. Los anuncios de la Fed del miércoles pasado dejaron en claro la voluntad de la Fed de recortar parte de los planes de estímulo en un plazo no demasiado largo, aunque por las acciones que ha tomado hasta el momento el banco central, tratará de estirar el tiempo todo lo que pueda. Claro está, cuando finalmente decida hacerlo, habrá que evaluar en que medida lo hace. Un recorte demasiado pequeño quedará como una anécdota, y como un guiño hacia los mercados, al tiempo que mostrará un desinterés por la inflación reinante.
La agenda de la última semana del mes no es especialmente atractiva, como suele ocurrir. Si bien los datos que se conocerán tienen un peso específico propio, se trata de cifras conocidas con una demora de más de 4 semanas, demasiado como para impactar en los precios. Las órdenes de bienes durables, en especial los vehículos, estarán en el centro de atención de los mercados, como también los típicos informes de cierre de mes, los ingresos y gastos personales, y el PMI de Chicago. Dado que el mes de octubre comienza el viernes, ya se conocerá el PMI de manufacturas de septiembre, un dato que sí puede generar un efecto fuerte en el dólar.
Las elecciones en Alemania no han generado, al menos por el momento, un cambio importante en el euro. Si bien el temor a un giro a la izquierda de la primera potencia europea está latente, se supone que dicho giro no será extremo ni mucho menos, aunque sí podría ralentizar el crecimiento económico en los próximos años. El efecto de una coalición que incluya a la izquierda como partido casi dominante sobre el euro no será inmediato, si es que esto finalmente ocurre. La moneda única tiene por delante un camino bajista marcado, al menos hasta la zona de 1.1400, y más abajo a 1.1200, más allá de quien gobierne en el futuro en Alemania. Con todo, el verdadero drama llegará cuando, ante la aparición de una de las tantas crisis que habitualmente explotan en algún lugar de Europa, no esté Angela Merkel para solucionarlo.
En el muy corto plazo, la situación de Evergrande, el gigante inmobiliario chino caído en desgracia en las últimas semanas, y cuya capacidad de pago de su enorme deuda de 305 mil millones de dólares está en duda, es una de las preocupaciones principales de los mercados. La firma china deberá afrontar una serie de pagos en los próximos días, y si bien tiene 30 días más antes de que se declare en default, el no poder afrontar los pagos sería un mal presagio, y un impacto para las bolsas de valores.
Wall Street volvió a disfrutar de buenas ganancias el viernes, retomando su tendencia alcista de largo plazo, y por ahora presenta pocos signos de fisuras. Solo un recorte grande de la Fed, o justamente una complicación en Evergrande, podrían cambiar este panorama. La evolución de la pandemia poco ha afectado a las acciones, y hasta podría decirse de las favoreció.
Este lunes luce como un día de movimientos cautelosos, sin demasiados atractivos desde lo fundamental. La apertura de Nueva York, a las 9:30 del este, puede generar algún movimiento algo más pronunciado, y ayudar al dólar en su lucha con las monedas principales. Aunque no contra todas: el yen, en nuestra opinión, tiene más para ganar que para perder en el corto plazo.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
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