Una rápida definición tuvo el conflicto político – militar en Afganistán, donde el fin de semana un grupo insurgente -los talibán- se hizo con el poder, invadiendo las ciudades principales del país, y asumiendo uno de sus integrantes la presidencia.
Los hechos, que aún están en desarrollo, aunque con un desenlace previsible en el actual contexto político global, sacudieron las bolsas asiáticas en el inicio de la sesión, y provocaron una caída inmediata en los futuros de los índices bursátiles de Nueva York. Tanto los futuros del Dow Jones, como los del S&P y, en menor medida, los del Nasdaq 100 abrieron la sesión del lunes a la baja, aunque lentamente recuperaron posiciones en las horas posteriores.
Más allá de las circunstancias del día, esto puede tener efecto sobre el dólar. La moneda norteamericana puede verse beneficiada si la situación se agrava, extendiendo el conflicto a países cercanos. Agregado a ello, la probabilidad de que la Reserva Federal comience a modificar su política monetaria, que ahora tiene su eje en la colocación de 120 mil millones de dólares mensuales en compra de bonos, también tendrá peso en el futuro inmediato.
Pese a ello, el dólar no ha tenido sus mejores días la semana pasada. La inflación se mantuvo en los valores de junio en términos interanuales, un 5.4%, una cifra altísima, que los mercados eligieron ver como moderada, al no superar precisamente la medición anterior. Se trata, sin dudas, de una visión sesgada, que sirvió, hasta ahora, para mantener a la bolsa de Nueva York en niveles máximos históricos, como viene sucediendo casi a diario, pero que no es sostenible en el tiempo. Esos niveles de inflación son propios de otras latitudes, y no de la primera potencia global.
La Fed parece tomar nota de todo lo que sucede, pero elige, semana tras semana, ganar tiempo con declaraciones de circunstancia. El presidente de la entidad, Jerome Powell, tendrá una nueva oportunidad este martes por la tarde, aunque difícilmente la aproveche.
Unas horas antes se conocerán las ventas minoristas de julio, con pocos cambios previstos, siendo el informe más importante de la semana. Aunque el plato fuerte será el miércoles, con las Minutas de la última reunión de política monetaria del banco central. No se esperan sorpresas, aunque el lenguaje cuidado del comité dejará bastante para el análisis.
Entre las monedas principales, el euro y la libra esterlina parecen tener un destino bajista bastante claro, pese a sus respectivas correcciones alcistas de las últimas sesiones. Sin mucho estímulo para ayudarlas desde las cifras macro ni desde los bancos centrales, ambas monedas tienen bastante para perder en los próximos días.
De lo que suceda en Medio Oriente puede depender, en parte, la suerte que corran el yen y la onza de oro. La moneda nipona se adelantó el viernes, creciendo fuerte ante el dólar, y superando en su performance al euro y a la libra esterlina. Estos pares (EURJPY y GBPJPY) se dirigen claramente a la baja.
Respecto a la onza de oro, recuperó sus pérdidas de la semana pasada, y se encamina nuevamente a los 1800 dólares. Lejos de sus mejores horas, el metal precioso volverá a crecer si el conflicto en Medio Oriente se agrava, y la bolsa comienza a perder vuelo.
Como se ve, todo lo que parecía fluir sin problemas, comienza a complicarse, ahora en un nuevo conflicto internacional, que enfrentará nuevamente a Estados Unidos con otras potencias de primer nivel. Los mercados estarán, como siempre, listos para reaccionar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College