Los datos de inflación minorista de julio, que se conocerán a las 8:30 del este, son los más importantes de la semana. Podríamos incluso decir que superan en importancia a las cifras de empleo, conocidas la semana pasada.
En los últimos tiempos, la inflación superó largamente los objetivos de la Reserva Federal, ubicados apenas por encima del 2% anual, para situarse en junio en el 5.4%, medida en los últimos 12 meses. En defensa su laxa política monetaria, el banco central argumenta que se trata de una inflación muy alta, pero transitoria, sobre todo por algunos de los factores que la han llevado a tales niveles. Pero todo esto en conjunto ha encendido algunas alarmas en los mercados.
¿Qué se puede esperar entonces? En principio, una inflación que no supere la medición de junio. Los aumentos del petróleo se aplanan excluyendo la caída que sufrió entre marzo y mayo de 2020, lo cual tenía un especial peso en el índice anual. Sí podrían haber aumentado los gastos de transporte, en medio de una explosión de consumo que aún se mantiene, y la incógnita surge respecto a los precios de los vehículos usados, que tuvieron un fuerte peso en la medición anterior.
Si la inflación cae respecto a junio, pero no lo hace del 5.2%, las alarmas seguirán encendidas. Ya pasaron muchos meses con una inflación muy alta, y la Fed sigue sin actuar (esto es, mantiene su inyección de 120 mil millones de dólares por mes). Cifras de este nivel podrían llevar al dólar mucho más arriba de lo que actualmente se ubica.
SI la inflación cae del 5%, será un alivio para muchos, en especial para el banco central. En tal caso, el dólar podría trastabillar, en especial ante el euro y el franco suizo, monedas ante las cuales se ha apreciado con fuerza en las últimas sesiones. También el yen y el oro, muy castigados últimamente, podrían encontrar algo de oxígeno. El alza posterior del dólar, que creemos tendrá lugar con alta o baja inflación, tiene que ver con las acciones que finalmente la Fed deberá tomar, aunque falta tiempo para ello.
El dólar llega fuerte a esta instancia. El euro cayó a 1.1705, su mínimo desde el 31 de marzo pasado, y parece iniciar una corrección alcista en las horas previas a los datos de inflación. No tanto en los puntos, es verdad (de hecho, en plena sesión europea cotiza a 1.1712), sino en los indicadores, que presentan una fuerte sobreventa en RSI, y con momento brindando una divergencia clara respecto a la curva de precios. En otras palabras, el euro tiene un buen terreno por recuperar antes de seguir cayendo.
La libra esterlina, en tanto, se ve más débil que el euro en estas horas, revirtiendo su estado anterior. La divisa británica cayó de 1.3825, nivel que parecía poco vulnerable (lo fue durante la tarde del martes) y cotiza a 1.3808, con una clara tendencia bajista, y un soporte clave en 1.3735.
El yen también cae ante el dólar, cotizando a 110.77, nivel que no alcanzaba desde el 7 de julio pasado, y aunque luce sobrevendido, es probable que estire unos cuantos puntos más su caída, al menos a la zona de 111.00.
En cuanto al dólar canadiense, por ahora hace pie ante el dólar. La eventual recuperación del petróleo mantiene fuerte al Loonie, que sin embargo poco podrá hacer si el billete, finalmente, se decide a atacar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College