La sesión del miércoles dejó como saldo un alza del dólar en todos los frentes. Luego de que las nóminas de empleo privadas quedaran por debajo de lo esperado, y generando una transitoria pérdida del billete, la medición del ISM de servicios de julio cambió todo: los 64.1 puntos fueron el mejor guarismo desde agosto de 2005, lo cual despertó al dólar de inmediato. Por otra parte, el indicador de empleos del índice creció fuerte, aunque la medición quedó algo eclipsada por las nóminas privadas antes mencionadas.
Cabe acotar que este dato, que reflejó una creación de empleos apenas por encima de lo esperado, se toma como un anticipo del dato del Departamento de Trabajo, que se conocerá el viernes por la mañana. De todas formas, la diferencia en el cierre de la medición suele tener peso y generar diferencias importantes entre un dato y otro.
También influyó la presentación del vicepresidente de la Fed, Richard Clarida. El funcionario no dio precisiones sobre un próximo recorte del plan de compra de bonos, pero sí habló de un alza de tipos de interés para fines de 2022. La reacción del mercado, como es habitual, fue exagerada, haciendo crecer al dólar por algo que, si sucede, tendrá lugar dentro de un año y medio, cuando la pandemia no está terminada ni mucho menos, y cuando el panorama luce incierto en varios frentes, y no solo en el interno de Estados Unidos.
La bolsa de Nueva York apenas corrigió a la baja ante las novedades, aunque dicha corrección sirvió para alejar a los índices principales de sus máximos históricos. Con todo, no esperamos bajas importantes en los próximos días.
Sí, en cambio, fue notable la baja del oro y del yen. Ambos activos, considerados de refugio junto al franco suizo -que también cedió en buena forma- le pasaron el mando al dólar, cayendo fuerte ambos, con especial acento en el oro, que perdió más de 20 dólares en minutos, luego del ISM de servicios y la presentación de Clarida.
Este jueves, el protagonismo en el mercado de divisas lo tendrá la libra esterlina. El Banco de Inglaterra dará a conocer a las 7:45 del este su declaración de política monetaria, y sin dudas la divisa local sentirá el impacto. A diferencia de otras oportunidades, la inflación dejó de estar debajo de la meta del banco central, del 2%, para situarse en el 2.5%, algo que está plasmado en la página de inicio de la institución que lidera Andrew Bailey.
Si bien el alza de la inflación tiene algún componente en común con la de Estados Unidos -la eliminación de las restricciones más los planes de estímulo generan un flujo de dinero superior al habitual ante la explosión de consumo- el BoE seguramente hará mención a esta medición que, aunque tolerable, requiere una atención importante.
Parece prematuro que los planes de estímulo sean recortados con una inflación que apenas supera las metas, pero sí puede haber alguna mención al respecto. Esto, si sucede, puede ser determinante para la libra, que podría crecer -moderadamente- ante una novedad semejante.
En las últimas sesiones, la libra se mostró más agresiva que el euro, creciendo hasta buscar la zona de 1.3960 el miércoles, y rozando 1.4000 la semana pasada. Si el dólar puede vencerla lo sabremos en los próximos días; por el momento, la divisa británica parece estar mejor armada ante un ataque del dólar que otras monedas, como el euro, el franco suizo o el dólar australiano.
El calendario incluye también las peticiones semanales de subsidio por desempleo, a las 8:30, dato que en la medición de la semana anterior quedó por encima de lo esperado.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College