Como es habitual, la primera semana del mes suele ser la más intensa en materia de informes. Este lunes, la publicación del ISM de manufacturas en Estados Unidos inaugura un calendario que terminará el viernes próximo con los datos de empleo de julio.
El contexto no permite ver con claridad lo que viene. El dólar creció durante buena parte del mes pasado, pero volvió a caer con fuerza luego de la reunión de la Fed, que tuvo lugar el miércoles pasado, y en la cual paradójicamente el banco central cambió parcialmente su discurso cerrado y sin fisuras, que hasta esta reunión insistía en seguir colocando dinero en el circuito como en los peores momentos.
Esta vez, la Fed advirtió que habrá cambios, que dichos cambios serán anticipados -sería bueno saber de que forma puede avisar que los habrá antes de que efectivamente se produzcan-, y que la inflación en un nivel superior al 5% anual no es soportable en el tiempo. Obviedades que antes no se decían, y que sin embargo produjeron el efecto contrario al esperado: el dólar cayó.
Claro que la baja del billete no es decisiva, ni mucho menos. El euro superó 1.1900, la libra esterlina rozó 1.4000, y el yen quedó lejos de sus máximos de julio en 109.05. Sí se mantiene fuerte el dólar canadiense, y sobre todo el franco suizo, que a la par del oro y el propio yen forman el tridente de activos de refugio elegidos para situaciones de crisis.
Siendo que no hay crisis, ni mucho menos, el alza de estos activos puede estar vinculada a la baja propia del dólar, pero también a una precaución que toman los inversores cuando, pese a todo, Wall Street sigue tocando máximos históricos día a día, con la excepción honrosa de algunas acciones cuyos balances no cumplen las expectativas. Algo así sucedió en agosto de 2020, cuando el oro alcanzó su nivel máximo histórico en 2075 dólares.
De allí, y con estos ingredientes, la semana que se inicia se presenta abierta, y con el dólar esperando noticias. El ISM de manufacturas quedará debajo de los 60 puntos, pero cerca de sus niveles de estos meses, que a su vez representan los mejores guarismos en 3 años. El miércoles será el turno del ISM de servicios, también con altos valores esperados. Ambos datos confirman lo que mostró el PBI del segundo trimestre, publicado el jueves pasado: pese a que quedó debajo de lo esperado, Estados Unidos recuperó su actividad previa a la pandemia.
El miércoles se conocerá también la encuesta de empleos privados, de la firma ADP. La misma suele ser un anticipo del dato del Departamento de Trabajo, que podría reflejar la creación de unos 900 mil empleos el mes pasado, junto con una tasa de desempleo que quedará debajo del 6%.
La impresión que queda es que el dólar tiene un buen terreno por recuperar en estos días. No tanto ante las materias primas, pero sí ante el euro, el yen y el dólar canadiense. La libra esterlina puede ser la excepción si, como parece, el clima de negocios mejora en Reino Unido y la pandemia no vuelve a aflorar en ese país.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
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