Tal como estaba previsto, la Reserva Federal dejó sin cambios los tipos de interés y los planes de compra de bonos, que ascienden a unos 120 mil millones de dólares mensuales. Las medidas fueron festejadas en Wall Street, con alzas significativas en algunas acciones -algunas de ellas a su vez apoyadas en sólidos balances- y con una baja moderada del dólar.
El presidente del banco central, Jerome Powell, mostró, sin embargo, un tono distinto al que venia pronunciando en sus discursos anteriores, tanto en las reuniones de la Fed como ante el Congreso. La inflación, si bien recalcó que tiene elementos que la convierten en “transitoria” ya es parte de las conversaciones del organismo, y su persistencia en el tiempo en niveles muy por encima de los normales es motivo de preocupación.
Powell afirmó que el Comité de Política Monetaria comenzó a conversar acerca de recortes en las compras de bonos, algo que probablemente ya se haya hecho en ocasiones anteriores. Esta vez, estas conversaciones formaron parte de la agenda oficial del Comité. Con el paso de las horas, los mercados van digiriendo las palabras de Powell. Es claro que se van a tomar medidas para combatir la inflación, que pese a los dichos del presidente es algo no transitorio y difícil de asimilar para una economía habitualmente estable.
La pregunta es cuando se van a tomar esas medidas, y el propio Powell se encargó de afirmar que antes de realizar cambio alguno, el mismo será comunicado. El dólar cayó, en parte producto del alza de la bolsa, y en parte porque esta política de estirar la situación actual por parte de la Fed no permite que el billete se fortalezca en una medida más sólida. Sin embargo, la caída del dólar no se ve tan pronunciada, y salvo alguna excepción, como el dólar canadiense y la libra esterlina, el resto de las monedas no ha cambiado sustancialmente sus tendencias de corto plazo.
Al euro no le sobran motivos para festejar. La pandemia ataca Europa otra vez, y esto desvanece la posibilidad de que el BCE recorte loa planes de estímulo, y mucho más, que la pandemia quede atrás, como se pretendió semanas atrás. En el corto plazo sí luce alcista la moneda única, pero le será muy difícil seguir avanzando más allá de 1.1900, y nuestra visión de mediano plazo en la zona de 1.1500 se mantiene intacta.
La libra esterlina no tiene un panorama tan claro. Las restricciones en Reino Unido han sido eliminadas, pero esto no implica que la pandemia haya terminado. De hecho, se está registrando un fuerte aumento de los casos de contagio, y la nota positiva es que los sólidos planes de vacunación hacen que los casos letales sean menos.
El yen no se mueve demasiado, y se mantiene en la zona de 109.80 en estas horas, a la espera de noticias adicionales. Sin embargo, su alza no parece ser sustentable en el tiempo, sobre todo si el dólar comienza a recomponer posiciones. La zona de 109.50 aparece en el horizonte cercano, pero será muy difícil que siga creciendo desde dicho nivel.
La onza de oro también se ve fortalecida en estas horas, esta vez no como refugio, sino por la baja del dólar. De allí es que no parece quedar un fuerte margen de maniobra para el metal precioso, que cotiza a 1822 dólares, pero que deberá acercarse al menos a 1834 dólares para mantener su actual tendencia alcista.
La agenda de noticias incluye la primera de tres mediciones del PBI del segundo trimestre en Estados Unidos, a las 8:30 del este. El fuerte crecimiento esperado, del 8.5% habla a las claras de una recuperación muy marcada de la economía local, aún cuando la Fed parece opinar no en el mismo sentido.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College