Como suele suceder en estos casos, la caída de la bolsa de Nueva York fue noticia mucho más allá del ámbito de los mercados, para tomar relevancia global. La baja del Dow Jones, por caso, fue la más importante en un día durante 2021, y mucho más si se toma en cuenta la caída que, desde el viernes a la tarde, ya venía experimentando el índice más importante de Nueva York.
Hay diversas interpretaciones al respecto. Quien suscribe, se permite hacer una. Si bien se atribuye a la expansión de la variante Delta del virus la baja de las acciones principales, entendemos que esto tiene una significación menor. Los mercados tienen memoria, y quienes analizan en profundidad también. Y se hace difícil olvidar que a mediados de marzo de 2020, a las fuertísimas bajas de ese tiempo, le seguían días de alzas extraordinarias. Estas bajas obedecían supuestamente a la explosión de la pandemia, que por entonces era más un temor a lo desconocido que la tragedia que significó (y aún significa) para la humanidad.
A cada vela bajista le seguía un anuncio de la Fed, hecho de apuro, con enormes inyecciones de fondos de la forma que fuera, pero sobre todo, hechas a través de compras de bonos. Durante gran parte del mes este fue el comportamiento de los mercados, hasta que el 24 de marzo la Fed lanzó su ofensiva final: estímulo ilimitado. Allí se terminó la crisis bursátil, y allí mismo explotó la pandemia, con las consecuencias que aún vivimos.
La impresión que queda en estas horas es que para los mercados “cuanto peor, mejor”, y lo que pareciera esta vez es que, a falta de una semana para la reunión de julio de la Fed, la baja de las acciones obedece al temor que el banco central anuncie, como debería, un recorte en la compra de bonos, lo cual de todas formas sería algo simbólico. Pero el hecho de hacerlo ya sería significativo, y ese es el verdadero temor.
De este modo, los mercados parecen presionar a la Fed para no tomar decisiones de fondo, y que piense muy bien antes de recortar algún fondo. De allí también puede deducirse que la semana que queda de aquí a la reunión no será sencilla en los mercados.
El dólar aprovecha la circunstancia, y el euro, la libra, el dólar canadiense y el dólar australiano se desploman. Sin tanta convicción el lunes, es verdad, el euro bajó unos cuantos puntos, y lo sigue haciendo en horario europeo del martes. Hay que recordar que el jueves tendrá lugar la reunión del Banco Central Europeo, y la Sra. Lagarde tendrá algo que decir, sobre todo para aclarar como corresponde la cuestión de la “inflación simétrica” que anunció días atrás. Todo indica que el euro seguirá hacia abajo próximamente, sobre todo porque el BCE no tiene margen alguno para recortar sus planes de estímulo, más modestos que los de la Fed por cierto.
La libra esterlina sí está bajo la presión de la variante Delta del virus, que ya está presionando en varios países, que se han visto obligados a tomar medidas de restricción. Algo de esto está por suceder en Reino Unido, y ello explica que la libra siga hacia abajo y apunte a 1.3500.
El oro se prepara para dar un buen salto. Ya amagó varias veces con superar 1830 dólares, y falla cuando alcanza tal nivel. Lo mismo le pasaba en 1810 dólares. Pero si el clima de negocios se complica, allí es donde hallará tierra fértil para crecer fuerte. El yen y el franco suizo, como dos guardianes, se vieron beneficiados ante la baja de Wall Street. El viejo franco vuelve a comportarse como lo que siempre fue, un activo de refugio, y no como un espejo del euro.
La agenda de noticias no tiene mucho para ofrecer. Pero con la bolsa en este estado, no hacen falta más noticias. La apertura de la sesión, a las 9:30 del este, es suficiente para mover todos los mercados.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College