La última semana del mes, y del trimestre, compartida con el inicio de julio, podría ser testigo de un alza significativa del dólar. La moneda norteamericana parece preparar una nueva embestida en todos los frentes, ante la incapacidad que demuestran las divisas líderes, como el euro y la libra esterlina. El yen, a su vez, cae moderadamente, y esta diferencia de velocidad puede favorecerlo en sus cruces con las divisas europeas.
Las cifras de mayo, conocidas en junio, tuvieron un punto máximo de atención en la inflación minorista, conocida a mitad de mes. Desde allí, los mercados se vistieron de verde, ante la presunción, después confirmada, de que la Fed deberá revisar su política monetaria en los próximos tiempos. Si bien lo que anunció quedó solo en palabras, sin fechas ni medidas precisas, es claro que si el costo de vida sigue acelerando -ya se encuentra en su máximo de más de una década en el 5% interanual- los planes de compra de bonos, de más de 110 mil millones de dólares mensuales, deberán ser recortados, y la tasa de interés, actualmente apenas por encima del 0%, aumentada.
Pese a ello, Wall Street no ha dejado de crecer. Solo dos o tres días los índices bursátiles principales mostraron algunas dudas, pero la imprecisión de la Fed, al tiempo que se descuenta que no habrá modificaciones al menos durante la reunión de julio, mantienen a las acciones en sus mejores horas.
Entre las divisas principales, el euro intentó superar 1.2000 desde la reunión de la Fed, con poca suerte, al menos por ahora. La libra esterlina también dio atisbos de crecimiento, pero encara los últimos días del mes con una dirección claramente bajista. Hasta el dólar canadiense, que se fortaleció a máximos de 6 años pocas semanas atrás, comenzó a flaquear, pese a que el Banco de Canadá tomó la delantera en el recorte de fondos que coloca mensualmente en la economía.
Los primeros días de la semana no aparecen como los más atractivos en movimientos de precios. El lunes habrá una agenda casi nula de noticias, en tanto el índice de confianza del consumidor del Conference Board, previsto para el martes, acaparará la atención en la sesión que viene. Ya el miércoles se conocerán los datos de empleos del sector privado, a cargo de ADP, despertarán el interés de los inversores. La previa habla de unos 555 mil empleos generados este mismo mes, en lo que se considera un anticipo del dato del Departamento de Trabajo, que se publicará el viernes. Los 700 mil empleos previstos para junio, y una tasa de desempleo que podría volver a caer, esta vez al 5.7%, serán suficientes incentivos para el dólar.
No hay que olvidar, además, los datos ISM. El PMI de manufacturas, que abre el mes en el calendario de noticias, volverá a situarse por encima de los 60 puntos, esta vez por quinta vez consecutiva, algo que no sucedía desde 2011. En conjunto, todo esto confirma el buen momento que atraviesa la economía estadounidense, en un país cuya población ya comienza a vivir como antes de la pandemia, pero con una explosión de consumo, algo que era esperado.
Distinto es el panorama en Reino Unido, donde la variante delta del virus, que está llegando a diversas latitudes, comienza a sumar casos de contagio, impidiendo el levantamiento de las restricciones en forma total, como esperaba el gobierno de Boris Johnson. Complicando el panorama, su ministro de salud debió renunciar el fin de semana, por un escándalo privado. Todo esto va a jugar en contra de la libra en los próximos días.
Respecto a las materias primas, el oro está limitado, debajo de los 1800 dólares, cota que debe superar para aspirar a entrar en una tendencia alcista sustentable. Pero mientas los operadores elijan el riesgo, y por ahora no se ve que ello vaya a terminar, poco tendrá por hacer el metal precioso. Algo parecido a lo que sucederá con el yen.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College