El dólar mantiene un sesgo bajista en el inicio de la semana, después de varios días de fuertes oscilaciones.
Las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, quien mencionó la posibilidad de comprar bonos en el futuro si la inflación supera los niveles deseados, le había dado fuerza al billete, que sin embargo volvió a mostrarse débil sobre el cierre del viernes, y la apertura de este lunes.
A la vez, la bolsa de Nueva York siguió su rumbo alcista, estirando las ganancias obtenidas durante las últimas semanas, en un rally que por el momento no presenta fisuras.
Si bien este lunes no es especialmente atractivo en cuanto a informes, la semana tiene dos eventos de primera línea: los anuncios de política monetaria del Banco de Canadá, previsto para el miércoles, y el del Banco Central Europeo, que tendrá lugar el jueves.
Lejos de que se esperen cambios en los tipos de interés, ambas entidades deberán explicar claramente sus próximos pasos. El dólar canadiense vive sus mejores horas, ante el crecimiento del petróleo. Más allá de correcciones puntuales, el Loonie tiene motivos para mantenerse fuerte, dada su dependencia del petróleo. La materia prima, que habitualmente crece ante la expectativa de aumento de demanda, ya superó largamente los 60 dólares, y varios informes conocidos el fin de semana consignan que el enorme excedente que tuvieron varios países, producto de la pandemia, ya se han agotado
En cuanto al euro, se debate entre seguir creciendo e ir a probar sus máximos del año por encima de 1.2300, algo que parece por ahora muy lejano, y caer fuerte, debajo de 1.1700. En buena parte, ello dependerá del dólar, ya que la moneda única no ha tenido este año movimientos derivados de los fundamentales del viejo continente. Si por ello fuera, la suerte del euro estaría repartida, entre las vacunas que llegan en forma errática a la población, y los datos de manufacturas de Alemania, que se encuentran en niveles máximos históricos (el PMI de ese país está en 66 puntos, y esta semana se conocerá la actualización mensual). De allí es que el discurso de Christine Lagarde, titular del BCE, resultará clave para el destino de corto plazo de la moneda europea.
La libra esterlina luce rejuvenecida, aunque aún lejos de apuntar a sus máximos anuales. Las continuas oscilaciones que presenta, algunas de las cuales superan los 60 o 70 puntos en pocos minutos, para regresar a los niveles anteriores a las mismas, le imprimen a la moneda británica la dosis de inestabilidad que siempre tuvo, pero ahora aumentada. La libra parece preparada para superar 1.4000 sin complicaciones, aunque los datos de Reino Unido de esta semana pueden frenar su impulso.
Y no mucho más en este inicio de semana. Este lunes aparece como un día de movimientos muy suaves, sin cambios de tendencia importantes, y con los pares principales en rangos estrechos de precios. Lo mejor llegará a partir del miércoles.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College