En medio de un clima político muy turbulento se inicia una semana que quedará en el recuerdo. Desde un punto de vista estrictamente político, se producirá el traspaso de mando de la presidencia de Estados Unidos, de Donald Trump a Joe Biden. Una serie de incidentes muy serios, que no tuvieron efecto en los mercados, le dan marco a esta ceremonia que tendrá lugar el miércoles en la mañana local.
Y justamente son los mercados, que en general se han mantenido al margen de la contienda electoral y de las consecuencias del resultado de las elecciones, uno de los sectores que mayores expectativas tienen en torno a la asunción de Biden.
El nuevo presidente anunció un gigantesco plan de casi 2 billones de dólares, que se suma a uno de 900 mil millones implementado el mes pasado, y que a regañadientes fue aprobado en el Congreso. Ahora, con la Cámara de Representantes y el Senado a favor, Biden no debería tener mayores contratiempos para aprobar la ley. Y esto significa una montaña de dólares, una más en medio de muchas montañas emitidas durante 2020. Algo así como el 45% del PBI estadounidense, de más de 21 billones de dólares.
¿Cuál será entonces la reacción inmediata? Al descuido, podríamos apostar por un desplome inmediato del dólar. No se equivoca quien así lo piensa, o al menos no en parte. La moneda norteamericana llegó a mínimos de varios años ante el euro, la libra esterlina, el franco suizo, el dólar australiano, el dólar canadiense, y a mínimos de casi un año ante el yen. También, a mínimos históricos ante el oro (en agosto pasado), la plata, el platino (apenas iniciado 2021), y cedió en buena forma ante las monedas latinoamericanas, ante la recuperación del cobre, la soja y, sobre todo, del petróleo, que ya recuperó sus pérdidas de todo el año pasado.
En este contexto ¿podemos esperar una caída adicional y de tan grueso calibre como la que ya vimos? No parece del todo probable. Los rendimientos de los bonos comienzan a tornar atractivo al dólar, al tiempo que la pandemia no da respiro, tornando sombrío el futuro inmediato de la economía global. Y los mercados, en esos casos, suelen echar mano a los bonos, al oro y, eventualmente, al yen.
Por otro lado, el dólar no corre solo. El euro no tiene argumentos para sostenerse mucho tiempo más en los niveles actuales, más aún cuando faltan menos de 9 meses para que se retire de la política la líder más sensata y lúcida del siglo: Angela Merkel. En las elecciones internas de Alemania, un candidato de apellido Laschet, que apunta a suceder a Merkel como canciller alemán desde septiembre próximo. La salida de Merkel no tiene nada de bueno para el euro. Fue la gran líder la responsable de que el euro no explotara, y no se convirtiera en un salvavidas de plomo para las economías más débiles de Europa, como Grecia y Portugal, y salvó de una caída segura a España e Italia.
Por el lado de la libra esterlina, si bien luce prematuro evaluar al Brexit, las primeras impresiones no son buenas, como era de esperar. El paso por las aduanas (de ida y vuelta hacia Reino Unido desde el continente) se torna interminable, y comienzan a acumularse problemas de todo tipo. La libra esterlina, por ahora, no ha sufrido mucho, pero sobre todo por la debilidad del dólar. Con todo, y pese a que esperamos una muy fuerte corrección bajista, la libra tiene un destino bastante por encima de la zona de 1.3600 actual.
Este lunes no dejará mucho para el análisis. La corrección bajista de la bolsa de Nueva York se puede estirar (nada mejor que caer si desde el miércoles habrá motivos para subir), el euro puede ir bastante más arriba, al igual que la libra. El oro, 27 dólares en 5 minutos apenas iniciada la sesión asiática (rozó 1800 dólares luego de abrir en la zona de 1830 dólares) no tendrá sus mejores días. Probablemente por el mismo motivo por el cual la bolsa puede bajar durante las próximas 48 horas.
Como se ve, estamos en una semana que mezclará como nunca mercados y política. Convendrá, al menos desde el lugar que nos cabe, centrarnos en los mercados.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College