El petróleo lo ha pasado mal con la pandemia del Covid 10 debido a que los confinamientos y las medidas limitativas de movimientos provocaron que su demanda cayese en picado. De hecho, el precio del crudo llegó a bajar de 70 dólares a 20 dólares en 3 meses. Para el 2021 se espera que la demanda se incremente pero que no llegue todavía a los niveles previos a la pandemia. El consumo medio en el presente ejercicio podría llegar a los 95 millones de barriles frente a los 100 millones de barriles diarios del año 2019. Las últimas subidas del petróleo se han debido a la decisión de Arabia Saudí de recortar la producción en 1 millón de barriles al día.
Repsol lo acusó en 2020 siendo de las peores compañías del Ibex 35 y el sector petrolero fue de los más bajistas del DJStoxx en 2020, con una caída del -25%.
La recta final del año fue interesante subiendo un +56% desde finales de octubre de la mano del Brent que sube +55% y fue en noviembre el cuarto valor más alcista del Ibex. Precisamente la continuidad del buen tono del petróleo es una de las bazas que juega a favor del valor español.
En el gráfico se puede ver la evolución del petróleo Brent y su tendencia alcista enmarcada en un canal tendencial ascendente, tendencia que comenzó cuando se originó sobreventa. Pese a toda la subida todavía no se advierten señales de sobrecompra.
Respecto al dividendo de Repsol, decir que sigue ofreciendo una elevada rentabilidad y se espera que sea del 9,12% en los próximos 12 meses, teniendo también en cuenta que ya no volverá al scrip dividend o remuneración en especie.
Repsol presenta a favor una buena liquidez y bajos costes de producción, lo que la convierte en atractiva para éste año. También es una baza la venta o salida a bolsa de su división de energías renovables. Además, la llegada de las vacunas fomentará un incremento de la demanda de crudo lo que jugará a favor de Repsol.
Sólo hay un riesgo. Si volviésemos a los confinamientos como en marzo, la cosa cambiaría, la demanda volvería a hundirse y vuelta a empezar.
Es cierto que el consenso del mercado está volcado con Repsol y prácticamente todas las firmas le otorgan la nota de “comprar”. Pero hay que tener en cuenta no sólo el riesgo de confinamientos generales (aunque a día de hoy no es probable), sino que el precio objetivo lo tiene relativamente cerca (en torno a los 10 euros) con lo que el margen de recorrido se estrecha.
Por tanto, de cara al 2021 se pueden tener acciones de Repsol pero a ser posible no de manera aislada, sino que lo ideal sería en una cartera diversificada y con poco peso específico, dándole mayor peso al sector de energías renovables.
Técnicamente hablando, se observan dos cosas:
– La formación de un patrón triángulo ascendente, patrón que suele ser de continuación de la tendencia previa, de manera que en una tendencia alcista confirmaría la continuidad de las subidas.
Se le ha de exigir a esta formación gráfica, para su validez y fiabilidad, que el precio toque como mínimo dos veces tanto la directriz superior como la directriz inferior. En este caso ya lo ha cumplido.
También como criterio de fiabilidad se ha exigir que el precio se mueva dentro del triángulo ascendente hasta los dos tercios (desde el inicio del triángulo hasta su vértice). De manera que cuando el precio se haya movido esa distancia, es cuando suele comenzar a romper el triángulo en la dirección de la tendencia, actuando de esta forma como pauta de continuidad de la tendencia principal. De momento lo va cumpliendo.
Si el precio tiende a romper el triángulo por la parte del vértice, la fiabilidad del patrón se reduce bastante, de manera que hay que estar atentos a este hecho.
Por regla general, este patrón tiende a tardar en formarse entre uno y tres meses, aunque tampoco hay que tomarlo al pie de la letra.
– Se está acercando a su resistencia de los 9,10-9,11 euros.
Por tanto, teniendo en cuenta todo esto, lo más prudente sería esperar a que rompiese dicha resistencia.
Si no pudiese todavía con la resistencia y recortase, la zona de los 7,78 euros sería válida como opción en busca de rebote al alza.
Su volatilidad anual registrada a 30 sesiones es del 53,60% (la volatilidad anual del Ibex 35 registrada a 30 sesiones es del 19,15%).
Su Beta 30 vale 1,11%. Esta ratio se utiliza para medir la volatilidad que tienen las acciones de una compañía y también para compararla con el índice de referencia de dichas acciones (en este caso el Ibex 35). ¿Y cómo se interpreta este ratio? Quédense con lo siguiente:
- * Beta positivo: el precio de la acción se mueve en la misma dirección que su índice de referencia.
- * Beta negativo: el movimiento de la acción es contrario u opuesto al índice de referencia.
- *Beta superior a 1: la acción tiene mayor volatilidad que el índice. Ejemplo: si Beta es 1,2 significa que se mueve un 1,2% al alza cuando el índice sube un 1% y baja un 1,2% cuando el índice baja un 1%.
- *Beta inferior a 1: la acción tiene poca volatilidad y se mueve menos que su índice de referencia.
Ismael De La Cruz/Investing.com
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