Lo más probable es que después de una subida tan vertical podamos ver a Repsol en un rango de consolidación.
Por Daniel García (XTB)
Una vez más las compañías cíclicas vuelven a situarse en el punto de mira. Uno de los valores que más se están mirando con lupa debido a la gran caída acumulada durante este año es Repsol.
Tras una caída del entorno del 35% en este 2020, hemos podido observar que aparentemente el valor tocó suelo el 29 de octubre en torno a los 5 euros por acción. A continuación, hemos asistido -gracias a una mejora de las perspectivas debido a las vacunas- a una recuperación de la compañía que ha logrado en apenas dos meses incrementar su valor en bolsa en torno a un 77% desde mínimos. Ha fijado un importante nivel de resistencia en los 9 euros.
Estos niveles de resistencia han sido probados hasta en tres ocasiones sin llegar a superarse, con lo que es, quizás, el primer objetivo a corto plazo que tiene la compañía si quiere seguir subiendo.
Lo más probable es que después de una subida tan vertical podamos ver a Repsol en un rango de consolidación antes de encarar unas nuevas subidas apoyadas en una mejora de las perspectivas económicas globales.
A nivel técnico, hay que tomar de referencia como zona de suelo o soporte de este rango lateral o de consolidación los 7,48 euros. Sería muy desfavorable para Repsol si la cotización llegara a romperse a la baja, ya que marcaría un objetivo bajista de gran calado.