A medida que se acerca el final de 2020, hay un montón de historias de auge y caída que los observadores del mercado van a recordar siempre. Pero ninguna otra empresa hace que los inversores estén más entusiasmados que el fabricante de automóviles eléctricos Tesla.
Al cierre del jueves, sus acciones habían subido más de un 650% este año, lo que lo convierte en el mejor actor de NASDAQ. Ese notable cambio se ha producido a pesar de la plaga que ha puesto la economía global patas arriba, y de todo el drama que rodea al fundador y director ejecutivo de la compañía, Elon Musk.
Cuando los mercados abran el lunes, Tesla formará parte del índice S&P 500, logrando el estatus de valor destacado y al mando de una de las principales ponderaciones de este prestigioso índice, cuyos miembros incluyen a Apple, Amazon y Microsoft.
El cambio de suerte de Tesla este año se produjo después de que la compañía lograra reportar ganancias durante cinco trimestres consecutivos, la finalización exitosa de una gigantesca fábrica en China y el inicio de la construcción de otra planta similar en Alemania.
A medida que los fieles inversores de Tesla cosechan los beneficios de su fe en la visión de Musk, la gran pregunta de cara a 2021 es ¿cómo se debe operar con estas acciones en el futuro? La comunidad de analistas está dividida.
Entre los 23 analistas que cubren estas acciones, ocho asignan una calificación de “compra”, ocho de “mantener” y seis de “bajo rendimiento”. El objetivo promedio a 12 meses para los próximos 12 meses se sitúa en 389,79, una corrección significativa frente a su precio actual de 655,90 dólares.
Jefferies, en cambio, ha degradado a Tesla de “compra” a “mantener”, y dice que es escéptico en cuanto a que Tesla pueda algún día liderar la industria automotriz.
En una nota a los clientes, Philippe Houchois, analista de Jefferies, dice:
«No creemos que Tesla pueda liderar la industria dado el tamaño, la estructura y la política de éste. Sin embargo, los múltiples desafíos para el modelo de negocio de la industria aseguran una ventaja competitiva duradera, con una marca «mesiánica» que llega mucho más allá de los automóviles, desde el suministro de baterías hasta el almacenamiento en la red y la conducción autónoma».
Aunque la degradado las acciones, Jefferies ha elevado su precio objetivo a 12 meses para Tesla de 500 a 650 dólares.
Valoraciones elevadas
Uno de los principales desafíos para los inversores y analistas es cómo justificar las nuevas ganancias de unas acciones que cotizan muy por encima de las elevadas valoraciones de las que normalmente sólo disfrutan las empresas tecnológicas con modelos de negocio muy diferentes. Las acciones de Tesla cotizan actualmente casi 1.000 veces las ganancias, frente a unas insignificantes 14 veces del caso de General Motors y 54 veces el índice NYSE FANG+.
«Ahí está el dilema. ¿Es Tesla un fabricante de automóviles? ¿O es una empresa tecnológica? ¿O es una especie de amalgama de ambos?”, escribía la autora de Bloomberg Esha Dey, en su análisis de la semana pasada.
Tesla planea entregar alrededor de medio millón de coches este año, un salto del 36% con respeto a los niveles del año pasado, pero por debajo del aumento del 50% que logró en 2019. Según los datos de Bloomberg, los analistas de Wall Street estiman que los ingresos crecerán un 26% este año, se acelerarán aún más en 2021 y luego se reducirán en 2022. Las estimaciones de ingresos para 2020 y 2021 apenas se han movido los últimos dos años.
Pero la actual valoración de Tesla no implica que sea sólo una empresa automovilística. Los alcistas de Tesla apuestan que, al igual que Apple, el fabricante de automóviles pronto tendrá un conjunto de servicios integrados con su hardware que convertirán a Tesla en mucho más que un fabricante de automóviles.
El analista de Morgan Stanley Adam Jonas ha dicho a Bloomberg:
«Tesla está consiguiendo que la gente deje de valorar y analizar la empresa utilizando sólo el número de unidades vendidas y el precio del coche, y teniendo en cuenta la base de usuarios instalada y los servicios de software y contenido ofrecidos a esos usuarios. En el proceso, nos aleja de la comparación de Tesla con empresas de automóviles y más bien debe compararse con las empresas de software como servicio».
En conclusión
Tras el enorme aumento de precios de Tesla este año, el fabricante de automóviles permanecerá sometido bajo una intensa presión el próximo año para demostrar que puede crecer rápidamente, convirtiéndose rápidamente en una empresa que podría ganar mucho dinero ofreciendo diferentes servicios. En este punto, son acciones que requieren que los inversores tengan plena fe en la visión de Elon Musk, más juzgar por sus fundamentos empresariales.
Haris Anwar/Investing.com
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