Comienza el último mes del año con una agenda cargada de presentaciones de titulares de bancos centrales. Durante la mañana del este, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dará un discurso en Washington. Pasado el mediodía lo hará Christine Lagarde, líder del Banco Central Europeo. En la tarde, el jefe del Banco de la Reserva de Australia, Philip Lowe, hará lo propio desde su país.
Al margen de estas presentaciones, se conocerá el ISM de manufacturas de noviembre. El dato es especialmente importante, dado que pese a que representa poco más del 15% del PBI estadounidense, el mes anterior ofreció su mejor cifra en dos años, lo cual certifica que la economía local va en muy buen camino. Este informe pone en marcha formalmente el mes, y aunque su impacto en los precios del dólar no será tan significativo, servirá para consolidar la tendencia del billete en el corto plazo.
Se trata de una tendencia que, si bien se mantiene bajista en varios frentes, comienza a dar signos de recuperación para la moneda norteamericana. El euro no pudo, una vez más, con 1.2000, algo que parecía escrito con anterioridad. Le cuesta mucho pasar por dicho nivel a la moneda única, sobre todo si se tiene en cuenta que, cuando lo hace, desde el Banco Central Europeo aparecen las protestas, una intervención encubierta que por ahora ha funcionado bastante bien.
En cuanto a Powell, probablemente vuelve a hablar de la necesidad de un plan de estímulo, aunque la política está aún muy ocupada en terminar con el mandato de Trump e iniciar el de Biden con cierto orden. Se sabe, la política no suele estar del todo en línea con las necesidades de los votantes, y por supuesto esto aplica al resto del mundo.
En cuanto a la libra esterlina, por ahora no da señales claras. Tampoco las da el Brexit, que sigue siendo una maraña de declaraciones, negociaciones fallidas y muestras de ineptitud política realmente notable. Si esto sucediera en otras latitudes no faltarían los juicios de valor que condenen semejante muestra de incapacidad. Después de tres años y medio, se siguen discutiendo cuestiones secundarias. La libra sigue allí, sin superar 1.3400 y sin caer de 1.3300.
La onza de oro comienza a dar señales de vida, lejos aún de posicionarse al alza. Para ello, deberá superar al menos los 1810 dólares, una meta lejana por ahora, dado que la onza parece tener todo el viento en contra. No le faltan argumentos al oro para crecer, aunque el precio lo descuenta todo decía don Charles Dow, y habrá que creerle.
De este modo se inicia un mes importante, como siempre lo es diciembre. Esta vez, el famoso “rally de Navidad” que invariablemente aparece mencionado en infinidad de medios antes de la última semana del año, parece haberse adelantado, con índices bursátiles a tope, cerca de máximos históricos. ¿Habrá una corrección bajista para luego acelerar sobre fin de año? Lo sabremos pronto.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College