BBVA lleva un año para olvidar en Bolsa por varias causas:
* La elevada incertidumbre que reinan en 3 zonas geográficas donde la entidad tiene una exposición de interés, tales como Turquía, México y Estados Unidos. Y es que de su filial mexicana obtiene una parte importante de sus beneficios pero allí la gestión de la crisis del Covid-19 no está resultando muy efectiva. Además, la fuerte caída de la lira turca que llegó a mínimos históricos también le afecta negativamente (recordemos que posee casi el 50% del tercer mayor banco turco, Garanti y en éste país obtuvo un 20% de sus ganancias).
*Los bajos tipos de interés que han venido para quedarse aun varios años
* El temor a un incremento de la morosidad por la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.
* Cerró los nueve primeros meses del año con pérdidas de 15 millones debido a las provisiones llevadas a cabo para hacer frente al nuevo entorno económico derivado del Covid 19.
* El hedge fund Millennium afloró un 0,5% en el capital de BBVA.
Así las cosas, las acciones llegaron a caer al nivel más bajo desde el año 1995.
Pero no era algo exclusivo de BBVA, el sector bancario europeo también sigue de capa caída. El fuerte soporte formado en el 2009 y que actuó muy bien siempre que fue puesto a prueba (2011, 2012, 2016, 2018, 2019) finalmente sucumbió a la presión bajista y fue perdido.
Por su parte, el índice bancario del Ibex 35 llegó al soporte formado el pasado mes de mayo y allí se quedó quieto desde septiembre hasta noviembre que es cuando por fin a tirado para arriba.
Desde el pasado 9 de noviembre sus acciones han experimentado un fuerte impulso al alza y hay 4 motivos de peso:
– Venta de activos: la entidad informó de un acuerdo para la venta de su filial estadounidense a PNC por 11.600 millones de dólares en lo que supone la mayor llevada a cabo por el banco y que se abonará en efectivo. Era una señal inequívoca de que iba a ir de compras y todo apuntaba a España.
– Fusión con Sabadell: surgiría una entidad con un tamaño en España muy similar al que tendría la unión de CaixaBank y Bankia y tendría presencia en España, México, Colombia, Perú, Turquía y Reino Unido, con 46.000 empleados y más de 4.200 oficinas en España. Los 600.000 millones que tendría en activos suponen que sería un 69% mayor que Santander.
Una gran ventaja sería el negocio de gestión de fondos de inversión y planes de pensiones ya que la combinación de ambas alcanzaría los 52.914 millones de euros, solo superado por los 64.941 millones de Bankia + CaixaBank. Y esto es importante porque con los tipos de interés tan bajos desde hace años, los márgenes de ganancias de los bancos se han reducido bastante (su principal fuente de ingresos proviene de hipotecas y préstamos), con lo que el papel de las comisiones de planes y fondos de pensiones cobra mayor relevancia aun si cabe.
– Vacunas: primero el anuncio de Pfizer el lunes 9 diciendo que su vacuna tiene un 90% de efectividad y después el anuncio ayer de Moderna afirmando que su vacuna tiene incluso una mayor efectividad, animó al sector bancario, ya que ven luz al final del túnel de cara a que regresemos pronto a la normalización y la actividad económica comience a crecer.
– Lira turca: tras ser la peor divisa emergente en el año junto con el real brasileño y marcar continuamente mínimos históricos, ha remontado el vuelo y sube a su nivel más alto en siete semanas, registrando una ganancia semanal del 12% tras la promesa de Erdogan de adoptar un nuevo modelo económico que elevó las expectativas de un fuerte aumento de la tasa de interés del banco central, hecho que finalmente se materializó.
Gracias al tema de las vacunas y al movimiento de fusiones, podemos estar ante el comienzo de una recuperación del sector, ya que si las vacunas siguen su curso y no hay problemas, la recuperación económica comenzaría poco a poco, el ratio de morosidad bajaría y los bancos con todo ello necesitarían realizar menos provisiones. Buena prueba de ello es que en las últimas 6 jornadas las acciones han subido con fuerza (Sabadell, BBVA, Santander, CaixaBank y Bankinter con escaladas que van desde un 31% a un 47%).
El 23 de septiembre les comenté que «para un inversor con un horizonte a largo plazo es una oportunidad histórica poder comprar acciones a estos precios». Ese día abrió en 2,20 euros y ha subido de momento a 3,83 euros.
El planteamiento no ha cambiado, sigue siendo una inversión interesante tener acciones de BBVA en una cartera diversificada y con un horizonte temporal a largo plazo.
Y resalto lo de largo plazo, porque conviene que la euforia no nos impida ver la realidad. Este movimiento explosivo al alza no es sostenible, obedece a una serie de cuestiones ya indicadas, algunas de las cuales tiene un efecto flash. Por ejemplo, la lira turca no va ahora a pasar a ser una divisa fuerte.
Y otro ejemplo, las noticias de las vacunas están muy bien, pero no olvidemos que se empezarían a poner en marzo de 2021 y en España sólo habrá para el 10% de la población durante todo 2021 y serán sectores muy concretos (ancianos de residencias, trabajadores de residencias, trabajadores en hospitales, mayores de riesgo alto). Es decir, nos queda por delante todo el invierno que no ha comenzado todavía, meses en los que la actividad económica va a seguir sufriendo y mucho, y un año 2021 que en modo alguno va a significar que estemos inmunizados frente al Covid-19.
Y tampoco olvidemos que el BCE no va a subir todavía los tipos de interés, que en el mejor de los casos sería en 2022 y eso si todo va como la seda.
Por tanto, la clave es tener claro que BBVA es ideal para una inversión a largo plazo.
Ismael De La Cruz/Investing.com
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