Como estaba previsto, el conteo de varios de los estados que definían la elección en Estados Unidos quedó cerrada, y Joe Biden será el nuevo presidente. Ello, pese a que el hasta ahora presidente Donald Trump hará presentaciones judiciales, que se supone tendrán efecto legal nulo. Ni siquiera sus partidarios más acérrimos defienden esta postura.
La primera reacción del mercado, es decir, en la apertura de la sesión asiática de este lunes, fue moderada. Los mercados ya palpitaban este desenlace, y pese a que podría haberse producido otro tipo de efecto, los minutos iniciales se desarrollaron en calma, con una ligera baja adicional del dólar en todos los frentes.
La ausencia de informes de importancia, todo lo contrario a lo sucedido la semana anterior, hará que el foco de atención de los mercados se vuelque nuevamente a la pandemia. La segunda ola de contagios está en sus niveles máximos en Europa y en Estados Unidos, y esto va a afectar mucho más que cualquier otro factor. Al menos, hasta que la cuestión política comience a tener peso nuevamente, y el nuevo presidente defina algunos lineamientos de trabajo. Mucho creemos que allí se terminará la euforia de los mercados por el plan de estímulo que Biden quiere aprobar (y le costará bastante con el Congreso en contra), y comenzará a mirar más adelante en el tiempo.
El foro del Banco Central Europeo, previsto para el jueves, será el evento más relevante de la semana, con la participación de la titular de la entidad, Christine Lagarde, el presidente de la Fed, Jerome Powell, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey.
De allí se deduce que los movimientos del mercado volverán a ser calmos. La bolsa de Nueva York ha crecido en buena forma la semana pasada, ante el desenlace de las elecciones, pero no hay que confiarse: a este tipo de movimientos le siguen correcciones fuertes, y hasta cambios de tendencia.
Lo mismo puede suceder con el dólar. El euro se acerca a 1.2000 nuevamente, un nivel que semanas atrás despertó las quejas de los funcionarios del BCE. Estos reclamos devaluaron rápidamente al euro, pero la debilidad del dólar lo está impulsando nuevamente. La combinación pandemia y euro algo más alto no debe ser del agrado de la Sra. Lagarde ni de su equipo. No se puede esperar algo distinto a lo ya sucedido.
La libra esterlina luchará por superar todos los escollos que le obstaculizan el paso: pandemia furiosa, crisis económica de Reino Unido, el BoE con tasas en niveles récord mínimos históricos y un plan de estímulo que puede crecer; la misma tasa, que podría caer a valores negativos si la situación no mejora, y el Brexit. Se acerca la fecha de definición de la salida, y todo está por hacer.
El yen sigue fuerte, y la pregunta es hasta cuando. Probablemente, hasta que la sobrecompra que exhibe sea poco soportable, y comience una lenta baja. No tardará en llegar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College