El inicio real de la semana, luego del festivo del lunes, dejó como saldo un cambio de humor en la bolsa de Nueva York, y por consiguiente, un fortalecimiento del dólar. No hay detrás de este movimiento una noticia en particular. De hecho, la inflación de septiembre quedó en los valores esperados, 0.2% mensual, 1.4% incluyendo todos los ítems, 1.7% excluyendo alimentos y energía.
Puede que, paradójicamente, la falta de noticias, sea un catalizador. Se esperan avances del plan de ayuda a la economía en forma inminente, las elecciones mantienen caldeado el clima político, y el virus no cede. Combinación complicada si se trata de hacer crecer a las acciones en forma más o menos sustentable.
Entre los activos más afectados, la onza encabeza la lista. Su baja, que de todas formas no sorprende cuando el dólar embiste, no cambia en absoluto la visión de largo plazo: la onza tiene mucho para ganar en los próximos tiempos.
Si este es el inicio de un ciclo alcista para el dólar, lo veremos en estos días. Pero es de suponer que, con las elecciones a 20 días, lo que va a mandar en los mercados es la volatilidad. Sobre todo si la incertidumbre por el resultado final se mantiene hasta último momento, o como muchos opinan, durante un tiempo posterior a las elecciones.
Pero si de situaciones complicadas se trata, el Brexit se lleva los premios. De acuerdo a lo expresado por Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, su país se retirará de las negociaciones con la Unión Europea este jueves. A falta de dos días, lo único que se escucha es la expresión siempre elegante y voluntarista de Michel Barnier, negociador jefe de Bruselas.
La libra esterlina no tiene mucho para ganar en este contexto. Si no hay acuerdo, y las negociaciones se rompen, la divisa británica se verá sumamente presionada, y no podrá sostenerse en los niveles actuales, e irá a buscar la zona de 1.2740, donde dos lunes atrás dejó un gap que no ha cubierto.
El euro, en tanto, puede volver a ceder posiciones si el virus sigue avanzando al ritmo actual, y si las restricciones a la circulación de personas se siguen sumando. Estas medidas, lógicas, retrasan cualquier forma de salida de la crisis, pese a los esfuerzos del BCE y de la Unión Europea con sus sucesivos planes de estímulo.
Respecto al yen, ha regresado en los últimos días a sus típicos movimientos aburridos, habituales cuando no hay noticias rutilantes. Esta situación hace que sus pares se muevan a la par de los del dólar, por lo que es preferible no tomar posiciones en cruces parecidos, evitando incrementar el riesgo.
El dólar australiano, por su parte, se ve afectado por un clima enrarecido entre Australia y China. Como suele ocurrir, el gigante asiático ha tomado medidas de restricción a las importaciones australianas, y el Aussie siente el impacto. La baja del oro también lo ha afectado en las últimas horas.
La agenda de noticias incluye el índice de precios de la producción (inflación mayorista) de septiembre en Estados Unidos. No tendrá un impacto importante en el dólar, pero servirá, como suele suceder con estos informes, para consolidar tendencias. Si el billete se mantiene fuerte, este dato puede ayudarlo aún más.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College