La Walt Disney Company ha acaparado los titulares por motivos muy desafortunados estos días. Su negocio, que prospera en experiencias de grupo compartidas, está sufriendo los estragos de la propagación mundial del COVID-19, que obligó al cierre de sus parques temáticos, centros turísticos, cines y cruceros por todo el mundo.
La compañía, con sede en Burbank, California, anunció esta semana que despedirá a 28.000 empleados en sus parques temáticos de Estados Unidos, que incluyen Walt Disney World y Disneyland. Las ubicaciones de Disney en California permanecen cerradas debido a las restricciones estatales, mientras que los parques de Florida han estado operando con capacidad limitada y menor asistencia de lo previsto por Disney.
«Por muy desgarrador que sea tomar esta medida, es la única opción factible que tenemos a la luz del prolongado impacto del COVID-19 en nuestro negocio», ha dicho Josh D’Amaro, presidente de la división de parques, en un memorándum a los trabajadores.
El año pasado, la unidad de negocios de Disney, que incluye parques temáticos, cruceros y productos de consumo, representó el 37% de los ingresos totales de la compañía. Con la pandemia aún furiosa y una vacuna aún incierta, la situación es igualmente desalentadora para los inversores de Disney.
El hogar de Mickey Mouse registró en agosto su primera pérdida trimestral desde 2001, alcanzando los 5.000 millones de dólares, frente a los beneficios de 1.430 millones de dólares del mismo trimestre del año anterior. Los ingresos totales descendieron un 42% hasta 11.800 millones de dólares. Las pérdidas trimestrales anteriores de la compañía, que ascendieron a 567 millones de dólares, tuvo lugar a principios de 2001, según datos de FactSet.
A pesar de este panorama extremadamente sombrío, las acciones de Disney se están manteniendo bastante bien. Tras desplomarse un 40% durante la crisis de marzo, subió más de un 50% desde entonces. Ayer cerró en 123,31 dólares, dejándose un 16% en términos anuales.
Un punto positivo
Un punto positivo en esta perspectiva sombría: el recién lanzado servicio de streaming de video Disney+ de la compañía. Impulsado por las medidas de confinamiento en casa, el servicio se está expandiendo rápidamente. Ha capturado más de 60 millones de suscriptores desde su lanzamiento en noviembre, una marca que Netflix tardó unos ocho años en alcanzar.
En Disney+, Disney lanzó la versión cinematográfica de Hamilton más de un año antes de lo planeado y el mes pasado incorporó a la plataforma la nueva película de Mulan, a un precio premium de alrededor de 30 dólares.
«Disney está teniendo éxito en la fase de contenidos directos al consumidor, y tiene el camino más claro para hacer una transición exitosa de sus negocios de programación de entretenimiento general y producción de contenido para convertiré en un líder de entretenimiento en streaming integrado verticalmente a escala mundial», ha dicho el analista de Deutsche Bank Bryan Kraft en una nota reciente, actualizando las acciones a compra. Y añade:
«Llegar directamente al consumidor en esta fase es clave para el éxito de Disney, ya que impulsará oportunidades importantes para monetizar una gran base de suscriptores de una manera más significativa en el proceso»,
Según una nota reciente de Goldman Sachs, los inversores están infravalorando la fortaleza del servicio Disney+, que se espera que alcance los 150 millones de suscriptores para 2025.
«También esperamos que los segmentos de Parques y Estudios de DIS se recuperen completamente después del COVID, y que las sinergias con DTC (directo al consumidor) han sido subestimadas», ha dicho a los clientes Brett Feldman, analista de Goldman Sachs.
Con estas optimistas previsiones, sin embargo, también hay un gran número de analistas que temen que la pandemia podría perjudicar permanentemente a Disney, y si los parques temáticos y las salas de cine no reanudan la actividad, Disney podría emerger como una compañía diferente.
Entre los 30 analistas que cubren las acciones, 15 le asignan una calificación de compra; hay tres recomendaciones de venta y 12 aconsejan mantener las acciones. El objetivo de precio promedio para los próximos 12 meses es de alrededor de 135 dólares por acción.
En conclusión
Dado que Disney posee algunos de los activos multimedia y de entretenimiento más icónicos de su sector, es muy probable que se recupere rápidamente una vez que la pandemia esté contenida. Ese optimismo ya se refleja en las acciones, que no ofrecen un punto de entrada atractivo. Los inversores con horizontes de inversión de tres a cinco años deberían esperar al margen para obtener un mejor valor en esta operación.
Haris Anwar/Investing.com
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