El índice sectorial bancario europeo sigue de capa caída. El gráfico lo dice todo. El fuerte soporte formado en el 2009 y que actuó muy bien siempre que fue puesto a prueba (años 2011, 2012, 2016, 2018, 2019) finalmente sucumbió a la presión bajista y fue perdido.
Pero vamos a ver dos bancos en concreto, BBVA y Banco Santander.
BBVA
BBVA cerró el primer semestre del año con unas pérdidas de 1.158 millones tras realizar provisiones por valor de 640 millones de euros para afrontar las pérdidas futuras. Un dato significativo es que CaixaBank y Bankia han logrado una capitalización bursátil combinada de 16.630 millones de euros, por lo que su valor bursátil es mayor que el de BBVA cuya capitalización es de 16.199 millones de euros.
Su evolución bursátil en el 2020 es bastante negativa. Las razones son las siguientes:
– Los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo y que además todavía se mantendrán en esos niveles por bastante tiempo.
– El tema del Covid-19 que genera una crisis económica que incrementa el temor de que la morosidad se incremente por un aumento del desempleo.
– La exposición del banco en México, donde la gestión del coronavirus no está resultando eficaz de momento.
– La exposición en Turquía, donde la lira ha caído a mínimos históricos (la entidad española posee casi la mitad del tercer banco del país, Garanti).
Mientras, el hedge fund Millennium, conocido por sus posiciones cortas en entidades bancarias, ha aflorado un 0,5% en el capital del BBVA (desde el año 2019, la CNMV únicamente publica las posiciones cortas que superan el 0,5% del capital).
Banco Sabadell está buscando un socio y todo apunta a que podría estar la cosa entre el BBVA y Abanca. Si finalmente se produce una fusión entre BBVA y Banco Sabadell el coste de la reestructuración que tendrían que realizar ambas entidades sobrepasaría los 900 millones de euros, pero terminaría originando ahorros anuales por valor de unos 400 millones de euros. Sabadell aportaría el mercado británico y BBVA el mercado latino, además de que aumentaría su cuota de mercado del 12 al 20% en nuestro país, acercándose así a la que ostentará la nueva CaixaBank. Pero, BBVA tendría que llevar a cabo una ampliación de capital de entre 2.500 y 3.500 millones, con el objetivo de mantener unos ratios de capital de entre el 11 y el 11,3%.
BBVA cae al nivel más bajo desde el año 1995. El fuerte soporte formado del 2009 y que luego fue puesto a prueba con éxito tres años después, no ha podido frenar las caídas y fue perdido en marzo.
Para un inversor con un horizonte a largo plazo es una oportunidad histórica poder comprar acciones a estos precio.
Santander
El banco ha perdido los 30.000 millones de euros de capitalización bursátil (y es que llegó a rozar los 100.000 millones de euros hace dos años luchando con Inditex por el primer puesto), pero ahora el valor se ha reducido un 70% y registró una pérdida de 10.798 millones de euros en el primer semestre del año.
Interesante para los accionistas el tema del dividendo mediante un “sistema” no prohibido por el Banco Central Europea (ya sabemos que recomendó a los bancos no repartir dividendos en el año). La entidad, en la junta general de accionistas del 27 de octubre autorizará una ampliación de capital liberada para la distribución de nuevas acciones equivalentes a 0,10 euros por acción como remuneración complementaria de 2019 y que se repartirá este ejercicio. De esta manera, el rendimiento sería del 12,5% (0,20 euros por acción), ocupando la segunda posición en lo referente a rentabilidad, solo superado por Repsol con el 14,3. Y además, repartirá más, 0,10 euros por acción en efectivo con cargo a este año, pero eso ya se recibirá el próximo ejercicio.
Banco Santander podría necesitar una ampliación de capital por valor de unos 25.000 millones de euros y le vendría muy bien fusionarse con BBVA, algo que por otro lado hay que recordar que es un objetivo que viene de lejos.
Las razones de su desplome son las siguientes:
– Su exposición en Latinoamérica donde la incertidumbre económica sigue vigente.
– La depreciación de varias divisas donde opera el banco.
– Los bajos tipos de interés del BCE que seguirán ahí varios años.
– El temor a que la crisis económica incremente la morosidad y con ello los impagos.
No le está ayudando precisamente que varias agencias le hayan bajado el precio objetivo a 1,60 euros (Berenberg) y a 2 euros (HSBC).
El gráfico es clarificador. El fuerte soporte formado en el 2002 siempre actuó de maravilla al ser tocado (años 2009, 2012, 2016) pero en 2020 fue perdido, originando una señal de debilidad bajista, de hecho fue perder el soporte de 3,18 euros y caer de momento a 1,54 euros.
Al igual que lo comentado para BBVA, para un inversor con un horizonte a largo plazo es una oportunidad histórica poder comprar acciones a estos precio.
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