Los últimos acontecimientos en torno al Brexit han reavivado el temor a una ruptura completa de las negociaciones, generando, como consecuencia, un caos económico y financiero. La principal afectada fue la libra, que cayó más de un 3% frente a las principales divisas.
Por otro lado, al margen del mercado de divisas, fue notable la divergencia entre las acciones de EE.UU. y las de Europa: mientras que las primeras cayeron bruscamente, las segundas subieron, cubriendo así algunas de las ganancias obtenidas en las acciones de EE.UU. durante la pandemia.
Esta semana, además de las noticias en torno al Brexit, los bancos centrales estarán atentos a los mercados de divisas. Y es que, tras la reunión de la semana pasada del BCE -marcada por la falta de novedades-, el próximo miércoles será el turno de que la Reserva Federal y que el Banco de Inglaterra (el jueves) compartan sus previsiones sobre la pandemia y la recuperación, aunque no se esperan actuaciones importantes de ninguno de los dos.
Los buenos datos económicos de Reino Unido se vieron ensombrecidos por completo ante la amenaza del gobierno de Boris Johnson de burlar el derecho internacional e incumplir parcialmente el acuerdo de separación. Como resultado de estas declaraciones, la libra fue castigada con fuerza toda la semana, aunque la creciente resistencia interna al movimiento de Johnson dentro del partido conservador puede dar un respiro a la moneda británica esta semana.
La reunión del Banco de Inglaterra del próximo jueves será importante para los traders. Si bien no se espera ningún cambio en sus políticas, puede que se vote para una ampliación adicional inmediata del programa de expansión cuantitativa, y los movimientos de la libra a corto plazo deberían seguir su ejemplo. La unanimidad en el Comité de Política Monetaria, sin votos en contra, podría dar cierto apoyo.
EUR
La reunión de septiembre del Consejo de Gobierno del BCE dejó pocos indicios de que el banco esté preocupado por el déficit en la inflación o por la subida del euro. En cuanto a lo primero, parecía adscribir el reciente desplome de la inflación básica a cuestiones técnicas relacionadas con la estacionalidad, y, claramente, espera que la mayor parte se revierta en los próximos meses. En cuanto a la subida del euro, sugirió que los niveles actuales -de poco menos de 1,20 dólares- no son demasiado preocupantes.
Sin datos económicos de peso, la cotización del euro esta semana se moverá principalmente por hechos y acontecimientos externos, en particular por la reunión de la Reserva Federal el miércoles.
USD
Los datos económicos de Estados Unidos siguen superando las expectativas y apuntan a una recuperación más rápida de lo esperado. Hasta ahora ha habido pocos síntomas de que los mercados estén preocupados por las próximas elecciones presidenciales -en las que el principal riesgo sigue siendo el de una controversia en los resultados que no se resuelva el día de las elecciones-.
Todas las miradas se dirigen ahora a la reunión de la Reserva Federal del miércoles. Esta es la primera reunión después de que la Reserva Federal adoptara una postura más flexible en sus objetivos de inflación a finales de agosto, y el mercado espera indicaciones concretas sobre lo que esto supondrá para la política monetaria. Cruciales serán las previsiones del dot-plot (diagrama de puntos) de las tasas de interés para 2023, que se incluirá por primera vez en la publicación de septiembre. Si las expectativas medias de los miembros del FOMC se mantienen en cero, el dólar podría verse perjudicado, ya que confirmaría aún más el ánimo de la Reserva Federal de tomar riesgos inflacionarios para apoyar el crecimiento.