Mientras unos corren detrás del oro y de los valores tecnológicos, no más de cinco, las grandes empresas de Estados Unidos acumulan efectivo, con un aumento promedio superior a 2003 ¿Y esto por qué? Por miedo, prudencia, incertidumbre y falta de expectativas. Algunos observadores cualificados, por su gran nivel de aciertos, dice que la recesión puede convertirse en depresión y tanto las consecuencias como la capacidad de recuperación posterior son bien distintas según el escenario. Por norma general, suele resultar más complicado proyectar los tiempos de las crisis que medir la profundidad o porcentajes de contracción de PIB. En la coyuntura actual es imposible determinar con precisión algo que depende del descubrimiento de un bálsamo eficaz o una vacuna contra el COVID-19. Veremos.», me dice el analista jefe de una importante gestora.
El efectivo no es basura. Las compañías del S&P 500 aumentaron las tenencias de efectivo y equivalentes en un 33.5% en la primera mitad del año, el mayor aumento en 2 trimestres desde 2003.
En 2020, los bancos estadounidenses han recibido un flujo gigante de $ 2,4 billones en depósitos. JPMorgan: aumento interanual de $ 406 mil millones en nuevos depósitos en el segundo trimestre = base completa de depósitos de US Bancorp # 5 en EE. UU. Pero, ¿qué hacer con el efectivo? Los préstamos no generan ingresos por intereses y los depósitos pueden no ser rígidos.
Se acerca la próxima depresión mundial y el optimismo no la detendrá.
La caja de BRK aumenta en $10B hasta $147B en Q2 a pesar de las recompras récord de acciones propias por $5,1B (dobla récord anterior de 2,2B Q4 2019). Ello se debe a la venta de acciones por $13B; básicamente aerolíneas y probablemente WFC. Vendiendo WFC para comprar BOA.
Ha escrito Antonio Iruzubieta, que otro de los efectos colaterales de la pandemia, con mimbres para mermar la capacidad de crecimiento económico es el exceso de deuda, la liquidez inventada y el deterioro mayúsculo que soportarán las finanzas públicas USA.
Tras aplicar los programas de rescate masivo anunciados, luego quizá vendrán otros nuevos, el déficit se va a disparar a niveles no vistos desde la Segunda Guerra Mundial.
Bloomberg Economics proyecta un escenario desastroso, los programas de estímulo y rescate junto con los de rebajas fiscales van a disparar el déficit este año por encima de los 2.4 billones de dólares. Anticipando la posibilidad de que la administración Trump apruebe nuevos programas, escenario muy probable, se calcula que el déficit saltará por encima de los 3.5% billones equivalentes al 16% del PIB o el mayor porcentaje de déficit desde 1945.
El déficit de 2020 podría salir catapultado hasta los 3.5 billones de dólares, una vez cerrado el año y contabilizado el déficit, pasa a deuda. Trasladado el aumento probable de déficit y su impacto en deuda, el ratio Deuda-PIB de 2021 aumentará hacia el entorno del 130%.
Acumular deudas de forma tan agresiva pasará factura, ahora se observa como una necesidad, crear deudas y dinero para contrarrestar los efectos y consecuencias de la pandemia pero el futuro será complejo, tal como advertía el prestigioso economista de corriente austriaca Ludwig von Mises:
- “True, governments can reduce the rate of interest in the short run. They can issue additional paper money. They can open the way to credit expansion by the banks. They can thus create an artificial boom and the appearance of prosperity. But such a boom is bound to collapse soon or late and to bring about a depression».
La frase anterior, casi un siglo después de ser pronunciada, se ha convertido en un relato trístemente preciso de lo sucedido durante la década 2010-2020, durante la que la artificialidad de la expansión económica, la recuperación a trompicones tantas veces nombrada desde estas líneas, ha finalizado dando paso a un colapso que se intenta combatir con nuevas medidas ingeniosas. Inventando más dinero y más deudas, dibujando un panorama que podría terminar desembocando en la temida depresión a la que aludía el Sr Ludwig Von Mises.
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa