La bolsa de Nueva York pasa sus mejores horas, y así lo muestran los índices Dow Jones, S&P500 y Nasdaq 100. El primero se encamina a máximos históricos, pero antes, los futuros tienen una parada obligada, en la cobertura de un gap que dejaron cuando el mundo comenzaba a desmoronarse. El viernes 21 de febrero, los futuros del Dow Jones cerraron a 29203 puntos, en tanto los máximos del lunes 24 llegaron a 28779 unidades. La diferencia constituye un hueco que, desde esa fecha, quedó pendiente de ser cubierta.
En los mercados discontinuos, cuyos mayores referentes son las acciones, es normal encontrar estas formaciones, que pueden ser de rotura, de continuación, o de agotamiento de tendencia. El de aquella oportunidad es claramente un gap de rotura de tendencia, dado que desde allí se inició la caída que llevó al descalabro de marzo. La cobertura de este tipo de gaps no tiene plazo alguno, y puede tardar meses en producirse. La posibilidad de que esto suceda esta misma semana es muy cercana.
Coincide esta circunstancia con el inicio de las reuniones que terminarán por nominar oficialmente al presidente Donald Trump como candidato republicano para las elecciones del 3 de noviembre. Con las dos candidaturas ya promulgadas, la campaña electoral entrará en calor, y seguramente manejará el humor de los mercados, que en los últimos meses se vio totalmente divorciado de la economía.
En cambio, el mercado de divisas parece marchar por otros carriles, más acordes a la situación actual. Se nota que la economía global crece, y el dólar, por ahora, paga el costo de la emisión monumental de la Fed y el Congreso. Y por lo visto, está lejos de terminar.
Pero en Europa, además de emisión, lo que ahora se propaga es el virus. Y lo está haciendo con mucha fuerza, algo de lo cual el euro no está tomando nota, precisamente porque luce menos débil que el dólar. Bastará que algunos datos de la Eurozona no acompañen el crecimiento esperado para destronar a la moneda única, que por algo no logra superar 1.2000, algo que parecía número puesto días atrás.
La libra esterlina se ha mostrado tranquila el lunes, y a la espera de noticias estimulantes por el Brexit. La salida de la Unión Europea se ha tornado algo menos traumática que el año pasado, pero las consecuencias se verán con el tiempo. Por ahora, la libra luce orgullosa nuevos máximos anuales, y más allá de las correcciones que hemos visto en estos días, no esperamos una caída fuerte de la misma.
El oro, por su parte, no logra levantarse. Parecía que se escapaba al alza a primera hora del lunes, pero fue solo un espejismo. Tanto el metal precioso como el platino no lograron cumplir sus proyecciones técnicas en los gráficos de 4 horas, y cayeron con pocos atenuantes. El oro tiene un buen camino alcista por delante, pero la posibilidad de que supere los 2075 dólares del 7 de agosto ahora luce lejana.
Inaugurando los informes de la semana aparece este martes el índice de confianza del consumidor del Conference Board. La medición va a contramano de la tasa de desempleo, por lo que si la cifra es positiva, o al menos mejor de lo esperado, habrá un nuevo indicio de mejora en el sector de empleos, dato para el cual faltan aún casi dos semanas.
Las ventas de viviendas nuevas también pueden aportar algo de impacto en el dólar, aunque será algo menor y transitorio. Por lo demás, nos espera una sesión americana sin muchos atractivos, y como consignamos en la columna del lunes, a la espera de los discursos de los banqueros centrales, a partir del jueves. Pero esa será otra historia.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College