Los mercados mantienen en alto sus expectativas, con varios eventos de importancia por delante. El dólar no ha tenido sus mejores semanas precisamente, en parte por la emisión de dinero en Estados Unidos, pero también por la búsqueda de riesgo por parte de los inversores, que perciben una nítida recuperación de la economía global. Si bien el virus se expande, y en algunos sitios con mucha fuerza, la sensación no es la misma. Paradójicamente, y en buena parte del mundo, comienzan a flexibilizarse las actividades cotidianas cuando más casos se registran. Es evidente que lo que cambia no es el virus, sino la adaptabilidad del mundo al mismo. En otras palabras, se está aprendiendo a convivir con el virus.
Pero mientras el pánico a la enfermedad va cediendo, comienza a recalentarse la campaña electoral, de cara a las elecciones del 3 de noviembre próximo. La ventaja que le lleva el opositor Joe Biden al presidente Donald Trump se ha reducido, y si bien gran parte de la prensa internacional pugna, con un evidente sesgo partidario, por la victoria de Biden, lo cierto es que gran parte del electorado valora lo que en general valoran los electores en todo el mundo: la economía. En este sentido, Trump se ha mostrado imbatible.
Pero esta semana habrá datos y eventos de peso propio, que tendrán especial efecto en el dólar. En primer lugar, se espera el dato de confianza del consumidor del Conference Board, previsto para el martes. La cifra suele ir a contramano de la desocupación, por lo que será un buen termómetro en la materia, de cara al dato de empleos de inicio de septiembre.
También se publicarán las cifras de bienes durables, informe clave que sin embargo no tiene un impacto mayor por la fecha en que se conoce, aunque es muy seguido por los operadores. Posteriormente, el PBI preliminar (segunda medición de tres) del segundo trimestre, puede brindar señales algo difusas. El 32% de caída de la economía en el período asoma tan insólito como atrasado, si se toma en cuenta que ya desde julio las cifras principales han dado sensibles muestras de mejora.
Todo esto quedará en las estadísticas, para dar paso, a partir del jueves, al evento más glamoroso del año, y que reúne a lo más selecto de las finanzas mundiales: el Simposio de Jackson Hole. Esta vez, por motivos obvios, los banqueros centrales, encabezados por Jerome Powell de la Reserva Federal, ofrecerán sus respectivos discursos vía satélite. Será sumamente importante conocer la visión de estos señores, que manejan mucho más que sus instituciones: son sumamente poderosos, y han tomado un gran protagonismo en cada país. El evento se extenderá durante tres días.
Este lunes asoma como un día de movimientos medidos. La bolsa de Nueva York cerró con muy buenas ganancias el viernes, con las acciones tecnológicas en máximos históricos en varios casos, y con el Dow Jones apuntando a máximos de febrero.
En tanto, las monedas europeas se debaten entre apuntar a máximos anuales (no están lejos el euro y la libra esterlina, en tanto el franco suizo tocó un nuevo máximo de cinco años la semana pasada), y comenzar a corregir a la baja. Si la bolsa sigue el camino alcista, la primera opción aparece como la más viable, tanto para esta primera sesión de la semana como para las siguientes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College