Las peticiones de subsidio al desempleo USA cayeron esta semana por debajo del millón, por primera vez desde el pasado mes de marzo. Fueron 963.000, frente a las 1.1 millones esperadas por el consenso y las peticiones continuadas durante 4 semanas consecutivas se redujeron ligeramente hasta las 15.48 millones, 32.000 menos que las estimaciones.
Los analistas celebraron la noticia y ciertamente la tendencia a caer desde los máximos alcanzados en mayo, casi 24 millones, es favorable aunque muy lenta y los niveles absolutos de hoy son aún desproporcionados e históricamente altos.
En condiciones normales un dato así habría causado horror entre expertos e inversores y reacción de mercados pero «this time is different» y ahora cualquier esperanza, por nimia que sea, es celebrada.
El Nasdaq cerró la sesión de ayer con alzas del +0.27% y el SP500 con caídas del -0.20%, es decir, impasibles a la realidad como viene siendo habitual en las últimas semanas.
O quizá no tan impasible, la reacción del mercado no ha sido inmediata pero tampoco ha generado síntomas técnicos de fortaleza, no ha negado la formación de pauta en curso ni las implicaciones de la misma para el próximo futuro.
NASDAQ-100, 60 minutos.
Pagar una asignación semanal de $600, ahora extendida pero rebajada a $400, con cargo a las cuentas públicas a 15.48 millones de personas es demoledor para la estabilidad presupuestaria, insostenible.
Los partidos demócrata y republicano continúan negociando en busca de la aprobación de un nuevo programa de ayuda, hasta la fecha sin éxito por las derivaciones asociadas a intereses electorales de cada uno.
Si las negociaciones eran complicadas ahora se han retorcido otra vuelta más con la exigencia del partido republicano de introducir una rebaja de impuestos a las plusvalías, algo que saben el partido demócrata tendrá graves dificultades para acordar.
Los demócratas, por su parte, no avanzarían conversaciones a menos que la cifra mínima establecida para los programas de ayuda sea de $2 billones, cuando la cantidad máxima ofrecida por los republicanos queda lejos, en $1 billón.
A estas alturas, defender un billón arriba o abajo perece más un juego de intereses políticos que de conciencia y disciplina presupuestaria, los niveles de déficit y deuda se han disparado como nunca antes.
Ninguno de los partidos se ha opuesto a continuar comprando problemas contra deuda ni a que la FED persista en sus políticas de creación de dinero-de-la-nada. Tampoco republicanos ni demócratas han sido enérgicos en la defensa de políticas orientadas a atender de manera especial a los más necesitados o en defensa de políticas en pro de la igualdad, cuando la desigualdad crece estimulada precisamente por las políticas.
Un claro ejemplo de la desigualdad generada por las políticas de la Reserva Federal, a pesar de las declaraciones de Powell afirmando que las políticas no tienen absolutamente ninguna relación con la desigualdad, «Fed Policies Absolutely Don’t Add to Inequality», se manifiesta en la absoluta desigualdad de acceso al crédito.
Además de la desigualdad absoluta de la riqueza entre ciudadanos, en niveles máximos e inéditos desde los años ´20. también existe gran desigualdad en el universo corporativo, entre los grandes, fuertes, élites y allegados al poder y el resto.
Mientras las grandes empresas se asoman al mercado y reciben miles de millones a tipos casi nulos (hasta Apple está emitiendo papel cuando tiene una tesorería desbordante) las pequeñas empresas, más necesitadas y más dependientes de préstamos bancarios, están encontrando cada vez más dificultades para financiarse y más caro el precio del dinero.
Vean la evolución de las condiciones de acceso a la financiación bancaria, cada vez más exigentes gráfico izquierda) frente a las de los bonos de empresas con calificación BBB (gráfico derecho):
Este tipo de desigualdad es realmente difícil de gestionar, quizá tanto como la existente entre los ciudadanos.
Quienes disponen de mejor calidad crediticia suelen tener menos necesidades, consiguen préstamos con mayor facilidad y a tipos más bajos. El resto, apenas tienen acceso a financiación y muchos tienen que acudir a la usura del crédito vía tarjetas, el tipo de préstamo más caro con diferencia.
Es muy sencillo criticar, mucho más que tomar decisiones y actuar. Las autoridades monetarias y fiscales han optado por la vía menos dolorosa, la fácil pero perversa de crear dinero apretando botones desde la comodidad de sus despachos, dinero «fake» claro.
Pero el dinero real, la riqueza, se consigue con el emprendimiento, el esfuerzo, perseverancia, productividad, etc…
El dinero fake genera distorsiones y desvirtúa la realidad, el exceso termina devaluando su valor y detrayendo capacidad de crecimiento económico. La riqueza real, por el contrario, además de ser sostenible y más duradera fomenta el crecimiento económico y la creación de empleo,
Inventar dinero-de-la-nada es una manera perfecta de aplazar los problemas y evitar afrontarlos con eficacia, debilita el sistema y evita tener que gestionar los recursos con disciplina o distribuir la riqueza de la forma que cualquier persona espera cuando deposita su voto en la urna.
Sin la presencia de las políticas fáciles los mercados financieros hubieran transitado por otros derroteros pero también la acumulación de deudas.
Las bolsas cotizarían en niveles mas acordes con el contexto económico y con la realidad de los beneficios, los tipos de interés reflejarían el riesgo real del emisor, es decir, habrían subido obligando a los políticos a gestionar con sentido común y racionalidad, las empresas zombi hubiesen desaparecido en poco tiempo, las malas inversiones también y las condiciones financieras y monetarias habrían empeorado.
La crisis hubiese sido más dura, quizá más breve, pero ciertamente más útil.
El sistema se limpiaría de forma más adecuada y preparado para el siguiente ciclo de recuperación. Al tocar fondo, cuando la necesidad apremia el ingenio se agudiza, los ciudadanos saldrían a la calle a trabajar con ganas, ahora se quedan en casa esperando la llegada del cheque del gobierno, sin producir y cargando aún más los compromisos del Estado y la montaña de deudas.
Sin la rémora de las montañas de deuda, que hoy lastran las posibilidades de crecimiento y continuarán lastrando por largo tiempo, el entorno es más favorable para una recuperación sostenida y real.
Pero la realidad es otra.
Las bolsas se mantienen artificialmente fuertes y sostenidas en zona de máximos, emitiendo señales de riesgo desde hace semanas pero también evitando que se pueda materializar. Así, muchos inversores confían en la fortaleza de los mercados y en las posibilidades de ganar dinero fácil, la complacencia abunda anestesiada con el sentimiento y posicionamiento de los inversores en zonas extremas de optimismo y cada vez más peligrosas para el futuro de las cotizaciones.
El último registro de NAAIM –National Association of Active Investment Managers- desvela un posicionamiento alcista medio disparado en máximos y nivel casi tope del 99%.
Por otra parte, el índice de sentimiento de las «manos débiles» denominado Dumb Money Confidence Index ha regresado a zona de máximos y se encuentra en los niveles alcanzados a principios de este año, antes del descalabro de febrero.
La estadística de comportamiento del mercado después de similares lecturas del Dumb Money Index es decepcionante.
La suerte está echada!
DOW JONES, diario.
También está echada sobre el futuro del resto de activos, como siempre, de especial interés el cruce de monedas Euro-Dólar o los metales preciosos, activos sobre los que mantenemos interesantes estrategias abiertas para aprovechar el escenario de mayor probabilidad.
En el cruce de monedas todavía esperando resolución de la pauta y la activación de la operativa. En ORO la operativa ya ha sido activada y las caídas han proporcionado hasta la fecha una rentabilidad interesante y con riesgo limitado.
EURO-DÓLAR, semana.
ORO, semana.
Antonio Iruzubieta
www.antonioiruzubieta.com – Información en cefauno@gmail.com