La nueva ola de contagios del virus que azota a todo el mundo le pone límites a la recuperación económica global. La salida de la crisis, que parecía tangible hace poco menos de un mes, comienza a verse lejos en estas horas, mientras vamos ingresando a la última parte de un mes de julio que, seguramente, ofrecerá cifras decepcionantes en lo macroeconómico. Estos datos comenzarán a conocerse en agosto.
La preocupación ya no reside solo en Estados Unidos, donde se siguen batiendo récords de contagios en los estados del sur. En Europa, y en España en particular, los contagios han crecido por demás en los últimos días, a punto tal que ciertas libertades que las autoridades habían otorgado han debido ser cercenadas nuevamente. Y esto ocurre en pleno verano, que es la época en la que, se suponía, el virus iba a ser menos dañino.
Contra ello está la esperanza, cada vez mejor encaminada, de una vacuna. El Dr. Fauci, principal referente en Estados Unidos en esta materia, afirmó la semana pasada que la misma podría llegar antes de fin de año. Estas noticias, conocidas con pocas horas de diferencia, han tornado a los mercados en ambas direcciones sin solución de continuidad.
La semana que se inicia no será la más atractiva desde la cantidad de informes a publicarse. Y por la fecha en la que estamos, los que se conozcan no serán del todo impactantes. De allí es que el humor de los mercados estará signado por las novedades en torno a la crisis sanitaria, y también a los eternos conflictos entre las dos primeras potencias globales.
Estados Unidos sancionó la semana pasada a China por su intromisión en Hong Kong, y el presidente Trump dejó saber que tomará mayores medidas en los próximos días. Desde Pekín respondieron con un tono similar.
En este contexto es que las monedas principales presentan un panorama similar al de los últimos días. El euro se mantiene firme ante el dólar, pero sobre todo por la debilidad de la moneda norteamericana. La libra esterlina, que también está pendiente del Brexit (perdió protagonismo la salida de la Unión Europea en las últimas semanas), también presenta un tono alcista, aunque más moderado que el del euro.
En tanto, la onza de oro intentará, nuevamente, superar sus máximos anuales en 1818 dólares, paso que le abriría la puerta para apuntar a sus máximos históricos, ubicados en 1920 dólares, y que tocó en septiembre de 2011.
El petróleo, por su parte, parece petrificado en un rango muy estrecho de precios entre 40 y 41.50 dólares, y solo la superación de este máximo le daría fuerza en las próximas sesiones.
Finalmente, la bolsa de Nueva York, que suele ser el reflejo más fiel del ánimo de los mercados en general, parece haber perdido su impronta alcista. Creemos que vienen días complicados para las acciones principales, con la excepción de las tecnológicas, que no tienen un techo a la vista.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College