Las acciones se han recuperado fuertemente del mercado bajista e incluso los productos de renta fija no lo hicieron tan mal. Para muchos, el aumento del 20% en las acciones en el segundo trimestre indica un retorno a los buenos tiempos y una recuperación económica que podría impulsar a los índices a máximos anuales. Pero este panorama podría darse la vuelta muy fácilmente. La mayor parte de la recuperación del segundo trimestre se basó en un estímulo y liquidez prácticamente ilimitados de los bancos centrales y la expectativa de que la reapertura de la economía nos devolverá a los niveles de actividad anteriores al COVID.
El primero podría provocar daños colaterales peligrosos, mientras que el segundo podría no ser realista.
Los inversores están valorando las acciones a la perfección en este momento y cualquier evento inesperado podría tener serias repercusiones para los activos financieros.
Aquí hay tres catalizadores que estoy viendo que podrían hacer que los precios de las acciones caigan durante la segunda mitad de 2020.
1) Una segunda ola de COVID-19 continúa extendiéndose
Las acciones realmente no comenzaron a sufrir durante el mercado bajista anterior hasta que se hizo inevitable que los negocios tenían que cerrarse para controlar la propagación de COVID.
Las acciones se recuperaron con la creencia de que una vez que la economía reabrió, estaba indicando una disminución en la propagación del coronavirus y un retorno a los niveles normales de actividad económica.
Pero, ¿qué pasa si eso resulta ser un falso positivo?
Los casos de COVID están volviendo a aumentar a niveles que aún no hemos visto y estados, como Texas, Florida y Arizona, están restableciendo restricciones para que las cosas vuelvan a estar bajo control.
Como fue el caso en febrero, los inversores podrían estar negando que podría venir un segundo cierre económico y no reflejan la posibilidad de los precios de las acciones hasta que sea inevitable.
Si eso sucede, los precios de las acciones podrían caer brusca y rápidamente como lo hicieron en el primer trimestre.
2) Joe Biden gana la presidencia en noviembre
Hablando apolíticamente, hay pocas dudas de que la presidencia de Trump haya sido buena para los negocios. Las condiciones se han establecido idealmente para que las corporaciones reduzcan las cargas impositivas, eliminen las regulaciones costosas y aumenten rápidamente las ganancias.
Eso podría cambiar si Joe Biden gana las elecciones de noviembre.
Los demócratas ya comenzaron a decir que los recientes recortes de impuestos corporativos podrían estar en peligro si pueden obtener el control de la Casa Blanca y el Congreso en 2020. En ese escenario, se espera que el S&P 500 caiga aproximadamente un 20%.
3) Las valoraciones comienzan a reflejar el entorno económico
La reciente recuperación ha sido casi en su totalidad gracias a los bancos centrales. Han inyectado tanto efectivo que está creando una sensación artificial de calma y confianza entre los inversores.
Pero ese efectivo tiene consecuencias: una caída del dólar, una inflación más alta, un aumento potencial en las tasas de interés. La Reserva Federal ha hecho todo lo posible para mantener la burbuja inflada y ha creado una gran desconexión entre el estado actual de la economía y la valoración actual de las acciones.
Si se vuelven a conectar, es fácil ver que los precios de las acciones caigan un 20% o más.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa