Es probable que la aplastante presión del petróleo del brote de casos de COVID-19 continúe esta semana, pues los bajistas tienen su objetivo en 35 dólares el barril y menos aún en el caso del crudo estadounidense.
El oro, en cambio, podría disfrutar de su mejor momento en nueve años. El eternamente esquivo objetivo de 1.800 dólares por onza parece más probable que nunca, ya que una nueva oleada de casos de coronavirus ha llevado a los inversores a huir de los mercados de riesgo en busca de refugio seguro.
Un repunte del 6% de los beneficios industriales de China, el primero desde mayo, ha ayudado a restaurar cierto optimismo en torno a la recuperación económica mundial. Pero la confianza del mercado estadounidense sigue en tenguerengue, a pesar de que los futuros del Dow indicaron una apertura ligeramente positiva este lunes.
«La trayectoria de la pandemia del COVID-19 en Estados Unidos sigue siendo una gran preocupación», dice Jeffrey Halley, estratega de mercados senior en Sídney para la plataforma de comercio online OANDA.
«Como consumidor de último recurso para el resto del mundo durante tanto tiempo, una agresiva doble caída de la recuperación económica de Estados Unidos seguramente contagiará al resto del mundo».
«Una recuperación global requiere que los dos matones del colegio les quiten la merienda a los niños más pequeños, no sólo uno de ellos».
El recuento mundial de muertos por coronavirus superaba los 500.000 el domingo, en un sombrío recordatorio de las brutales cifras de la pandemia. El número total de casos de coronavirus reportados en Estados Unidos a día de hoy ha superado los 2,5 millones, al empeorar los brotes en Florida, Texas y Arizona. Durante el fin de semana, el número de casos de coronavirus notificados en todo el mundo se disparó más allá de los 10 millones.
Aunque la administración Trump continúa restando importancia a la segunda oleada del brote y a la probabilidad de otra ronda de bloqueos económicos, la realidad sobre el terreno está tomando forma de manera diferente.
Los estados endurecen las restricciones
En California, el gobernador Gavin Newsom ordenó el domingo que los bares que habían abierto en siete condados de California, incluyendo Los Ángeles, cerraran inmediatamente e instó a los establecimientos de otros ocho condados a hacer lo mismo, asegurando que el coronavirus se estaba extendiendo rápidamente en esas partes del estado.
En Texas, el gobernador Greg Abbott (NYSE:ABT) también ha vuelto a cerrar los bares y ha reducido la capacidad de los restaurantes al 50%. También ha cancelado el rafting en los ríos, pues se lo ha culpado de un rápido aumento de casos, y ha prohibido las reuniones al aire libre de más de 100 personas, a menos que los funcionarios locales lo aprueben.
«Gran parte del problema es la incertidumbre en torno a la rapidez con la que la gente podría volver al trabajo», ha dicho Larry Milstein, director general sénior de operaciones de R.W. Pressprich & Co, al Wall Street Journal según Reuters antes del informe de empleo de junio de Estados Unidos del jueves.
Un consenso de los analistas seguidos por Investing.com muestra que el empleo no agrícola de Estados Unidos podría haber aumentado hasta en 3 millones este mes frente al crecimiento de mayo de 2,5 millones. Sin embargo, con la ralentización o congelación incluso de las nuevas infecciones junto con la reapertura de ciertas industrias que llevaban cerradas desde marzo, el panorama final sobre la situación laboral de este mes podría ser menos positivo.
La realidad del petróleo
El West Texas Intermediate, de referencia para el crudo de Estados Unidos, baja un 2,2% este lunes, lo que se suma a la caída del 3,4% de la semana pasada.
«El crudo WTI no ha sido capaz de hacer mucho tras alcanzar el nivel de 40 dólares y parece destinado a seguir consolidándose entre el nivel de 35 y 42 dólares en las próximas dos semanas», decía Ed Moya, estratega de OANDA, con sede en Nueva York, tras el cierre del mercado del viernes.
«El rápido repunte de la demanda no está ocurriendo, pero los esfuerzos de estímulo, las pausas en la reapertura de las empresas y el avance en los tratamientos para el virus están limitando la presión a la baja sobre los precios del crudo».
Los futuros del crudo Brent, que están vinculados a alrededor de tres cuartas partes de las operaciones mundiales de petróleo, se han dejado un 1,7%, ampliando su caída del 3% de la semana pasada.
Las empresas estadounidenses de petróleo y gas de Texas y sus alrededores no esperan que el consumo mundial de petróleo vuelva a los niveles observados antes del coronavirus hasta finales del próximo año, o más tarde. Una encuesta reciente realizada por el Banco de la Reserva Federal de Dallas concluyó que alrededor del 51% de los encuestados esperan tal recuperación para el cuarto trimestre de 2021 o más tarde, si es que la hay.
Más de la mitad de los ejecutivos de 160 empresas diferentes de petróleo y gas han anunciado que han solicitado al menos un programa de asistencia gubernamental, según una encuesta del Banco de la Reserva Federal de Dallas.
«Es probable que el aumento de la tasa de teletrabajo y la diminución de los viajes de ocio este verano entorpezca aún más la demanda de petróleo en el mercado desarrollado», informó Bethany Beckett, economista de Oxford Economics, en una nota, al Wall Street Journal.
Energy Intelligence, con sede en Nueva York, sugirió en un análisis que las compañías petroleras nacionales, desde Aramco, de Arabia Saudí, hasta Petronas de Malasia (KL:PETR), andaban algo perdidas en cuanto a cómo reaccionar ante la crisis.
«Las compañías petroleras nacionales vienen en todas las formas y tamaños, pero la mayoría comparten un ADN central.»
«Para sus principales accionistas, las compañías petroleras nacionales se perciben como fundamentales tanto para la generación nacional de riqueza como para la soberanía económica».
El oro coquetea con el nivel de 1.800 dólares
Los futuros del oro del COMEX se mantienen estables alrededor de 1.790 dólares por onza, lo que sugiere que alcanzará en algún momento el nivel de 1.800 dólares. La semana pasada, el oro se quedó a sólo 4 dólares de superar el objetivo que aquéllos posicionados en el mercado han observado durante los últimos nueve años.
Aunque el impulso al alza del oro se enfrió el viernes, los analistas apostaban a que el mercado reconquistaría los máximos de 2011 antes del final de la próxima semana, y posiblemente registraría máximos históricos por encima de 1.900 dólares este mismo mes de julio.
El oro también podría seguir subiendo, alcanzando los 2.000 dólares este año, o el próximo año, según han dicho los estrategas.
Bob Haberkorn, estratega sénior del mercado de RJO Futures en Chicago, señala:
«Los inversores se están poniendo nerviosos debido al actual aumento de los casos de coronavirus y a dejar sus posiciones en activos más arriesgados como las acciones, mientras dirigen sus inversiones hacia el oro y los bonos».
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