Las acciones del gigante tecnológico global Microsoft Corporation han ofrecido una increíble actuación en lo que va de 2020. Los inversores impulsaron las acciones tras el crecimiento explosivo de las ventas en el primer trimestre. Esto ha impulsado unas fuertes expectativas de más ganancias este año.
Las acciones de Microsoft, la compañía mejor valorada del mundo, con una capitalización de mercado de 1,4 billones de dólares, ya han subido alrededor de un 19% este año, después de que las acciones reportaran a los accionistas un rendimiento de alrededor del 60% en 2019. MSFT cerró ayer en 188,94 dólares, algo por debajo de los máximos históricos de registrados el 10 de junio en 198,52 dólares.
Tras este fuerte movimiento, la gran pregunta para los inversores es si sigue mereciendo la pena comprar estas acciones, especialmente cuando el repunte postpandemia podría estar empezando a flaquear y muchos de los principales gestores de fondos han comenzado a cuestionar la probabilidad de un repunte económico rápido mientras persiste el virus.
Es probable que Microsoft pueda bajar un 10-15% si hay una corrección del mercado cuando los inversores decidan eliminar algo de riesgo y volver a centrar la atención en la pandemia. Dicho esto, el gigante del software con sede en Redmond, Washington, es una de las apuestas a largo plazo más seguras en el espacio tecnológico. Eso hace que valga la pena comprar sus acciones cuando están más baratas.
Todos los movimientos adecuados
La razón de este optimismo es simple: Microsoft ha hecho todos los movimientos adecuados durante la última década. Ahora está en la gratificante posición de poder extraer las recompensas de sus inversiones anteriores.
Tras una transformación masiva encabezada por el director ejecutivo Satya Nadella, que comenzó hace más de cinco años, la compañía se ha convertido en uno de los actores más poderosos del mercado de la computación en la nube de rápido crecimiento, al frente de la segunda mayor cuota de mercado del segmento, sólo superado por Amazon.
Cuando asumió el cargo de director ejecutivo a principios de 2014, Nadella comenzó a diversificar los ingresos de Microsoft hasta ahora centrados en sus motores de crecimiento tradicionales: Windows y el software de Office. La compañía invirtió mucho en centros de datos y otras infraestructuras para ayudar a los clientes corporativos a ejecutar aplicaciones y almacenar información. El crecimiento de este segmento continúa sin cesar. En los cuatro últimos cuartos trimestres, el beneficio de Microsoft se ha más que duplicado.
La pandemia de coronavirus de 2020 ha sido un durísimo golpe para la economía mundial, lo que provocó las preocupaciones en torno a que las empresas recortarán el gasto en informática a nivel mundial para luchar contra una de las peores recesiones de este siglo. Pero a juzgar por las cifras del primer trimestre y las últimas tendencias, parece que el entorno empresarial de Microsoft no ha hecho más que ganar en productividad.
Durante el primer trimestre de 2020, el negocio en la nube de la compañía se ha visto fortalecido a medida que los confinamientos COVID-19 aceleraban el cambio de los flujos de trabajo presenciales hacia los alojados en la nube. La demanda de la infraestructura en la nube, las comunicaciones, el CRM y las herramientas de productividad de Microsoft ha aumentado.
Demasiado lejos, demasiado rápido
Sin embargo, a pesar de una fuerte tendencia alcista respaldada por sólidos fundamentales, a algunos inversores les preocupa que las acciones tecnológicas en general se hayan movido demasiado y demasiado rápido. Eso podría ser especialmente preocupante, ya que los temores de una segunda oleada de virus en Estados Unidos están aumentando.
Sin embargo, aparte de estos riesgos a corto plazo, los ejecutivos de Microsoft siguen siendo decididamente optimistas sobre el futuro crecimiento de los ingresos. Como dijo Nadell a los inversores en abril tras la última presentación de resultados:
«Hemos visto dos años de transformación digital en dos meses. Desde el trabajo en equipo y el aprendizaje en remoto, hasta las ventas y la atención al cliente, la seguridad y la infraestructura esencial en la nube.»
«Trabajamos junto a los clientes todos los días para ayudarles a adaptarse y estar abiertos a los negocios en un mundo completamente en remoto. Nuestro duradero modelo de negocio, nuestra cartera diversificada y nuestra diferenciada pila tecnológica nos posicionan bien para lo que está por venir».
Si añadimos al atractivo de las acciones el sólido dividendo de Microsoft y una excelente trayectoria de pagos, parece una inversión aún más atractiva, especialmente durante un periodo de incertidumbre económica. Desde 2004, cuando el gigante tecnológico comenzó a repartir dividendos, su pago se ha multiplicado por más de cuatro. Actualmente su rendimiento anual es del 1,09% con un pago trimestral de 0,51 dólares por acción.
Por supuesto, las empresas que pagan dividendos fiables están en una posición mucho mejor para soportar la presión de venta que las que no, haciéndolas menos volátiles en un mercado bajista ya que proporcionan unos ingresos fijos garantizados a los accionistas.
En conclusión
Los inversores siguen inquietos por las previsiones económicas mundiales ante los temores sobre la segunda oleada del virus, así que cualquier debilitamiento de las acciones de Microsoft debería considerarse una oportunidad de compra. La compañía es un pilar de la economía global.
Desarrolla y suministra el 75% de los sistemas operativos utilizados por los ordenadores y servidores de todo el mundo. Los sólidos fundamentales de Microsoft lo convierten en una apuesta segura y a largo plazo en el espacio tecnológico.
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