Si la OPEP se sale con la suya, el repunte de mayo del petróleo podría transformarse en uno en junio.
Pero antes de eso, los manifestantes estadounidenses podrían salirse con la suya.
Una semana de manifestaciones en Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd, un hombre negro bajo custodia policial en Minneapolis, ha confundido a alcaldes y gobernadores que intentan reabrir completamente los estados y ciudades de Estados Unidos que han pasado confinados los últimos tres meses debido a la pandemia del coronavirus.
Riesgos a la baja para el petróleo tras las protestas de Estados Unidos
«El estallido de violencia en Estados Unidos añade otra capa de incertidumbre a los inversores globales que ya se enfrentan al riesgo del aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China», escribe Han Tan, analista de forextime.com.
«Estos riesgos a la baja están impidiendo que los activos de más riesgo avancen hacia un repunte, ya que los inversores reducen su optimismo en cuanto a que ya haya pasado lo peor de la pandemia mundial».
El petróleo West Texas Intermediate de Estados Unidos sube un 81% en mayo hasta situarse por encima de 35 dólares por barril, mientras que su homólogo del Reino Unido, el petróleo Brent, se dispara un aún más desconcertante 96% hasta más de 37 dólares.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo, con la ayuda de Rusia, tiene como objetivo gestionar el impulso del repunte del mes pasado para que ambos petróleos de referencia se sitúen por encima de 40 dólares. Su plan es adelantar a este viernes la reunión de la OPEP+ —la versión extendida del bloque exportador de petróleo que incluye a Rusia como aliado—, programada inicialmente para el 10 de junio.
Nueva esperanza de la OPEP tras el último desastre
La última vez que la OPEP+ se reunió, fue un desastre. Por entonces los saudíes, que controlan el cártel, querían reducciones más profundas de la producción. Los rusos no querían. La resultante guerra de precios —con un torrente de petróleo de esquisto de Estados Unidos atrapado en el centro—, se juntó con la tormenta perfecta de destrucción de demanda del COVID-19 que, en última instancia, propició otra cosa que el mercado no había visto en la historia: precios bajo cero del WTI. Pero todas esas declaraciones son ya agua pasada, así que saudíes, rusos —y, por increíble que parezca, estadounidenses— están trabajando juntos para tratar de conseguir la mejor recuperación para el crudo.
Una encuesta de Reuters del viernes indicaba que la OPEP y sus aliados han cumplido las reducciones de casi 6 millones de barriles diarios en mayo, casi tres cuartas partes de los 9,7 millones de barriles al día previstos hasta final del año.
Pero, ¿se desarrollarán las cosas como cree la OPEP+ y los estadounidenses —que todavía no forman parte del cártel de ninguna manera? Julian Lee, columnista de petróleo de Bloomberg, se teme que no.
«Por ahora, los resultados de la colaboración son casi demasiado buenos para ser verdad», escribe Lee, refiriéndose a la iniciativa de restricción del petróleo.
«En el primer mes de ejecución, el nivel de cumplimiento alcanzado por la mayoría de los 20 países que se adhirieron al acuerdo ha sido sorprendentemente bueno. Eso puede ser una señal de su desesperación, ya que los precios del crudo cayeron por debajo de cero, o un reflejo de la lucha para vender el cargamento en un mundo en el que la demanda se ha desplomado».
Banderas rojas
De cara al futuro, interpreta las banderas rojas como que algunos miembros de la OPEP+ —en particular Rusia— están ansiosos por ceñirse al pie de la letra a su acuerdo de abril, según el cual comenzarán a reabrir sus grifos de petróleo a partir de julio.
«Un reto para la OPEP+ es que tiene todo el derecho a hacerlo», explica Lee, refiriéndose a la reapertura. «Su complicado acuerdo tiene cláusulas de extinción incorporadas que permiten a los participantes comenzar a aliviar sus restricciones en julio».
Pero si eso sucede, también podría desencadenar el rápido retorno de entre 2 y casi 4 millones de barriles al día de suministro, advierte.
Lee añade: «Es muy pronto para que los productores se relajen. La recuperación de la demanda aún no ha cuajado en Estados Unidos ni en Europa, ni en gran parte de Asia más allá de China. El consumo de combustible en la India está actualmente alrededor de un 40% por debajo de los niveles del año pasado, mientras que en Estados Unidos, un segundo e inesperado descenso de la demanda reflejado en los datos de la semana pasada significa que sigue estando aproximadamente un 25% por debajo del mismo punto del año pasado».
Como argumenté en mi revisión semanal del petróleo el domingo, gran parte del repunte de mayo del crudo fue impulsado por cortes en plataformas petrolíferas y pozos cerrados por los perforadores estadounidenses que respondían al colapso de la demanda de combustible provocado por el COVID-19, lo que situó el WTI en -37 dólares por barril en un momento dado.
No es hora de abrir el grifo todavía
Los últimos datos, sin embargo, muestran que los productores estadounidenses, tentados por los precios más altos, han comenzado a ralentizar las reducciones de producción que catalizaron el repunte de los precios el mes pasado. Eso podría ser un problema para la incipiente recuperación que el mercado ha experimentado hasta ahora, especialmente si la demanda no se pone al día tan rápido como se pensaba.
La última encuesta semanal de perforación petrolera realizada por la empresa del sector Baker Hughes mostró una reducción de sólo 15 plataformas petrolíferas, frente a los descensos de más de 60 por semana registrados varias veces durante el último mes y medio.
Para estar seguros, el recuento de plataformas petrolíferas de Estados Unidos ha bajado un 68% desde que concluyera la semana el 13 de marzo, enviando la producción bruta a unos 11,4 millones de barriles al día desde que registrara máximos históricos en 13,1 millones de barriles al día hace solo tres meses. Pero el ritmo de descenso se ha desacelerado en las últimas semanas, lo que indica que los perforadores estaban frenando las reducciones a medida que la subida de los precios del crudo los lleva a aportar más barriles a cambio de más efectivo.
Los balances del petróleo de Estados Unidos siguen siendo altos
Además, los balances semanales del crudo estadounidense seguidos por la Administración de Información Energética mostraron un aumento de casi 8 millones de barriles durante la semana que concluía el pasado 22 de mayo, el mayor aumento desde finales de abril.
Las reservas de gasolina, por su parte, cayeron en 724.000 barriles, cifra relativamente más pequeña, durante la misma semana, frente a las expectativas que apuntaban a un aumento de 100.000.
Peor aún, las reservas de destilados aumentaron en 5,5 millones de barriles, subiendo casi 42 millones de barriles en las últimas ocho semanas.
Los destilados, que incluyen productos como el diésel y el combustible para aviones, han sido el componente más débil del complejo petrolero estadounidense desde el brote del COVID-19. Incluso con las reactivaciones de la economía tras el confinamiento, la demanda de combustible diésel y para aviones ha sido anémica debido a que pocas personas han vuelto a utilizar el transporte público o los vuelos debido a los persistentes temores de una infección.
Bancarrotas de las petroleras de EE.UU.; una falsa garantía de pérdida de producción
Compensar la desaceleración de las reducciones de la producción es la cuestión por la que muchos perforadores de petróleo de Estados Unidos siguen angustiados. La destrucción de la demanda provocada por la pandemia sigue lastrando el mercado y sin más demanda de crudo, muchos perforadores podrían ir a la bancarrota.
Pero incluso aunque estos perforadores quebraran, eso no significa necesariamente que dejarán de producir petróleo. Esto se debe a la naturaleza única de las leyes de la bancarrota de Estados Unidos, que permiten a las empresas protegerse de sus deudores mientras siguen operativos y reestructurando.
Un ejemplo es Unit Corporation (NYSE:UNT), con base en Tulsa, Oklahoma, que se ha convertido en el tercer perforador de petróleo de Estados Unidos desde el estallido del COVID-19 en declararse en bancarrota la semana pasada tras empantanarse en una deuda de más de 650 millones de dólares.
Unit Corporation dijo que esperaba continuar operando regularmente durante el proceso de bancarrota del Capítulo 11 sin interrupciones materiales para sus proveedores, clientes o socios. También dijo que esperaba salir del proceso «con un mecanismo de financiamiento de salida de 180 millones de dólares».
Esto significa que podríamos haber estabilizado la producción estadounidense incluso con más quiebras de petróleo. Es un mundo extraño.
El oro pretende superar los máximos de abril de 1.788 dólares
En el caso del oro, los futuros del metal precioso parecen estar intentando dejar atrás los máximos de ocho años registrados en abril en 1.788 dólares, una barrera técnica que debe sobrepasarse para llegar al tan cacareado nivel de 1.800 dólares.
Los futuros del oro del COMEX se situaron el viernes en poco menos de 1.737 dólares por onza por primera vez desde noviembre de 2020, subiendo por tercer mes consecutivo, ya que las nuevas tensiones de Estados Unidos con China envían constantemente a los compradores con aversión al riesgo hacia el refugio seguro. Durante la jornada de negociación de este lunes en Asia ha alcanzado el nivel de 1,760.90.
También impulsan el oro desde el viernes las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, acerca de que la recuperación económica completa de Estados Unidos del COVID-19 no podría lograrse hasta que la gente sintiera confianza para reanudar la vida con la normalidad de antes de la pandemia.
«El oro lo tiene todo a su favor, excepto una fuerte demanda física», ha dicho Ed Moya, analista de la plataforma de trading online OANDA.
«El oro debería seguir viéndose respaldado a corto plazo, ya que la compra del banco central es fuerte, las previsiones de un mayor estímulo global parecen muy probables, y sigue habiendo una gran fricción entre las dos mayores economías del mundo».
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan no tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.
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