Los inversores están empezando a calentarse con las acciones bancarias de Estados Unidos, tras haber huido de las acciones de las instituciones financieras este año, ante la preocupación de que una de las peores recesiones de la historia de Estados Unidos se cargará la rentabilidad y resultará en crecientes pérdidas de préstamos. Los tipos de interés cerca de cero que se barajan de cara al futuro previsible son igualmente angustiosos.
Pero, tras permanecer deprimidas durante la recesión económica impulsada por la pandemia, las acciones de los bancos más grandes están ganando fuelle ante la esperanza de que haya pasado lo peor para estos prestamistas.
El índice bancario KBW NASDAQ se ha disparado más de un 12% en las últimas cinco jornadas de negociación.
Con estas ganancias, el índice sigue acumulando pérdidas de un 31% este año. Sin embargo, sigue muy por encima de sus mínimos del 23 de marzo tras desplomarse alrededor de un 50%.
Los prestamistas individuales se han visto igualmente presionados.
JPMorgan Chase & Co. (NYSE:JPM), por ejemplo, ha visto cómo el beneficio de su primer trimestre ha descendido un 69%, ya que la compañía destinó 8.290 millones de dólares para préstamos incobrables —la mayor asignación en al menos una década—, para lidiar con los efectos de la pandemia de coronavirus en la economía. El beneficio por acción de Wells Fargo (NYSE:WFC) desciende a sólo 1 centavo y han destinado más dinero a las pérdidas de crédito.
Otras razones que hicieron a los inversores desconfiar de los bancos estadounidenses incluyen la posibilidad de unos tipos de interés bajos durante un período de tiempo más largo a medida que la Fed saca a la economía golpeada por el coronavirus de una recesión. Pero a medida que Estados Unidos y otros países comienzan a reactivar sus economías, algunos inversores confían en que ya ha pasado lo peor, lo que convierte éste en un buen momento para comprar las maltrechas acciones de los bancos que se han vuelto bastante baratas en relación con otros sectores.
Miedo a los recortes de dividendos
Un gran temor que ha lastrado las acciones bancarias durante esta recesión radica en su capacidad para seguir repartiendo dividendos cuando la economía está en un estado tan grave. La Reserva Federal se enfrentó a severas críticas tras la crisis financiera de 2008 por no impedir que los bancos pagaran dividendos a sus accionistas a pesar de que algunas de esas instituciones colapsaron más tarde.
Los responsables de la política monetaria aún no han conseguido impedir que los bancos paguen dividendos en esta última crisis, pero los grandes bancos han suspendido voluntariamente las recompras de acciones por el momento. Esto indica que recortar sus dividendos sería el último recurso, ya que hacerlo podría indicar a los inversores que la empresa está en mal estado financiero.
«No creo que eso sea algo que deba hacerse en este momento», explica el presidente de la Fed, Jerome Powell, durante un webcast de Brookings Institution el 9 de abril. «Estaremos pendientes de cómo evolucionan las cosas, pero no creo que ese paso sea apropiado en este momento».
Otro factor que ayuda a calmar los temores de los inversores esta vez es que los bancos tienen más capital para superar tiempos difíciles que antes de la crisis financiera de 2008, gracias a los cambios regulatorios posteriores a la crisis.
El director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, expresó su confianza a mediados de abril —cuando las previsiones eran aún más inciertas que hoy— en que el mayor banco estadounidense podría gestionar unas «consecuencias realmente adversas».
Con el riesgo de los recortes de dividendos fuera de nuestra vista por el momento y la economía mostrando signos de reactivación, los bancos se han convertido en un objetivo legítimo para los inversores en valor.
En conclusión
A pesar del reciente optimismo, los inversores deben tener en cuenta que estos prestamistas no volverán a registrar un crecimiento de sus ganancias tan pronto. Es probable que se enfrenten a un par de trimestres muy feos en un contexto de desempleo generalizado y pequeños negocios destrozados.
Dicho esto, los inversores a largo plazo podrían optar por algunas acciones bancarias sólidas. Para estos inversores, nos gusta JPM y Citigroup (NYSE:NYSE:C) debido a sus carteras diversificadas y balances más fuertes.
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