Los alcistas del WTI esperan que el barril de petróleo se mantenga en treinta y muchos dólares. También los perforadores de petróleo de esquisto, y eso podría ser un problema para lo que ha sido un gran repunte del crudo hasta ahora.
A menos de 48 horas para su vencimiento, el contrato de junio del West Texas Intermediate ha subido un alucinante 200% más o menos desde que tocara fondo del 28 de abril en 10,07 dólares.
Gran parte de ese crédito es del esfuerzo de los perforadores de las cuencas petroleras de Oklahoma a Dakota del Norte y Texas, que han cerrado pozos y desmantelado plataformas a cientos, en lugar de sentarse a esperar la bancarrota provocada por la destrucción de la demanda a causa del COVID-19.
La Administración de Información Energética ha estimado que la producción de crudo de Estados Unidos la semana pasada se mantuvo 1,5 millones de barriles por debajo de los máximos históricos de mediados de marzo de 13,5 millones de barriles al día. Hace apenas un mes, a todo el mundo le preocupaba de que los tanques de almacenamiento de Estados Unidos se quedaran sin espacio a causa de todo el petróleo no deseado que el país estaba produciendo durante la pandemia. La Administración de Información Energética no sólo ha eliminado algunos de esos temores con la revisión de sus estimaciones de producción. Más que eso, sus datos de Cushing nos muestran que los tanques del centro de Oklahoma que almacenan petróleo físico de los contratos de WTI que expiran aún no van a rebosar.
Eso no es todo. No hay casi ninguna justificación económica para almacenar petróleo ahora, pues el contango, o descuento, del contrato de WTI de junio frente al de julio prácticamente ha desaparecido al comienzo de la jornada de este lunes en Asia. En la mayoría de las ocasiones de este año, el contrato de próximo vencimiento se ha negociado con un descuento de entre 5 y 10 dólares con respecto al mes cercano y hasta el cierre del viernes, la brecha aún estaba en más de 3 dólares. Pero, por supuesto, nada se compara con el alucinante supercontango de más de 20 dólares del mes pasado cuando el crudo estadounidense se estrelló en territorio bajo cero por primera vez en la historia, recompensando a los bajistas del petróleo con la tierra prometida con la que hasta entonces sólo habían podido soñar.
La nueva psicología podría obstaculizar el repunte del petróleo
Pero ahora los alcistas se han hecho con el control del mercado, y el barril de WTI ha superado los 30 dólares, así que parece que está surgiendo un tipo diferente de economía —y psicología— para los perforadores.
Aunque la Administración de Información Energética sigue reportando una reducción de la producción, algunos pozos cerrados en la región de Midland de la cuenca petrolera del Pérmico han reanudado la actividad, ha dicho Mackie McCrea, director comercial del gigante de los oleoductos Energy Transfer LP (NYSE:ET), en una teleconferencia la semana pasada.
Según McCrea, alrededor del 8% del volumen de petróleo que alimenta la red de oleoductos de Energy Transfer de Midland se retiró a principios de mayo. La semana pasada se había recuperado el 25% de esa cantidad.
Y hay más. Dos de los principales productores de petróleo de esquisto, Diamondback Energy (NASDAQ:FANG) y Parsley Energy (NYSE:PE), dijeron la semana pasada que lo único que les hacía falta era petróleo a unos 30 dólares el barril para plantearse relajar las reducciones de producción y empezar con el fracking en nuevos pozos.
Diamondback inicialmente se comprometió a frenar la producción de este mes entre un 10% y un 15% y enviar a casa a la mayoría de sus cuadrillas de fracking para todo el trimestre. La compañía con sede en Midland, Texas, dijo que espera cerrar el año con más de 150 pozos que han sido perforados pero en los que nunca se empleó la fracturación hidráulica, ya que los productores estadounidenses evitan bombear petróleo a un mercado enormemente sobreabastecido. Parsley Energy, por su parte, ha reducido una cuarta parte de su producción y ha abandonado temporalmente su programa de personal de cinco plataformas y dos pisos.
El abandono de sus objetivos ahora podría socavar la palabra del presidente Donald Trump de que Estados Unidos tendrá el respaldo de Arabia Saudí y Rusia para asegurar que se retiren al menos 9,7 millones al día del mercado global a partir del 1 de mayo. Trump ha indicado que la parte de Estados Unidos en ese acuerdo sería de unos 2 millones de barriles al día.
Dominick Chirichella, director de riesgo y trading del Instituto de Gestión de la Energía de Nueva York, dijo que los mismos perforadores que estaban detrás del aumento de este mes podrían estar amenazando la recuperación del petróleo a largo plazo si los precios siguieran subiendo al ritmo de las últimas dos semanas.
«Los inversores siguen de cerca la trayectoria de la producción nacional, y algunos analistas sugieren que los operadores de petróleo de esquisto podrían reanudar rápidamente la producción si los precios alcanzan niveles más altos», ha dicho Chirichella en una nota este fin de semana.
Impresionante consumo de gasolina; escaso el de diésel
Es importante que los operadores de petróleo de esquisto se abstengan de hacer exactamente lo que temen los analistas porque el mercado todavía está lejos del equilibrio desde una perspectiva de oferta-demanda.
Si bien el consumo de gasolina ha sido impresionante durante las últimas dos semanas, la demanda de diésel sigue siendo anémica. Incluso ahora, una vez reabiertos los negocios en la mayor parte de Estados Unidos, muchas personas siguen trabajando en remoto, lo que provoca que los autobuses y trenes funcionen con horarios más limitados, lo que significa mucho menos consumo de diésel que hace cuatro meses.
Cualquier indicio de que el desequilibrio en el crudo estadounidense está empeorando no hará más que empujar el WTI a un contango de nuevo, exponiendo al peligro el contrato de próximo vencimiento. Por ahora, es casi seguro que hemos evitado una horrible secuela de los acontecimientos que ocurrieron al vencimiento del contrato de WTI de mayo. Sin embargo, si la producción comienza a aumentar antes de que el mercado sea estructuralmente sólido, este repunte podría desvanecerse en poco tiempo.
«Una gran pregunta es si los productores de esquisto de Estados Unidos podrán aguar la fiesta reanudando la producción que se había interrumpido o completando pozos en el momento en que los precios suben muy alto para aprovechar cualquier flujo de caja positivo», escribió Dan Eberhart, director ejecutivo de Canary, en un artículo de opinión de Forbes la semana pasada.
El analista petrolero de Bloomberg Julian Lee expresó una preocupación similar. «Hay un doble riesgo en el horizonte: así como levantar las medidas de confinamiento demasiado pronto podría provocar una segunda oleada de las infecciones por virus y las muertes, relajar la estricta restricción impuesta sobre la producción de petróleo demasiado pronto podría provocar un segundo desplome del precio del petróleo», dijo Lee en recientes declaraciones:
Un punto clave a recordar, dijo Chirichella, es que incluso con el cierre de 425 plataformas petrolíferas en los últimos dos meses, la producción de crudo de Estados Unidos sigue siendo superior a la de hace cinco años. En su nota este fin de semana, decía:
«El sector upstream de Estados Unidos despliega ahora mismo 258 plataformas de perforación menos, o un 84% menos, pero produce 2.725.000 de barriles de petróleo al día más (un 30,7% más) de lo que se estaba produciendo en octubre de 2014».
El oro, impulsado por el estímulo sin precedentes de EE.UU. y las tensiones de China
En el frente de metales preciosos, el oro también ha tenido un descanso, ascendiendo el contrato de oro al contado —que sigue las operaciones en vivo con lingotes— a máximos de siete años y medio el viernes para finalmente traspasar el techo de los 1.750 dólares.
Con las fuerzas combinadas de la Reserva Federal, el Tesoro y los legisladores de Estados Unidos aprobando y desembolsando billones de dólares de estímulos para ayudar a la recuperación de la economía más grande del mundo maltratada por el COVID-19, los futuros del oro parecen dispuestos a alcanzar el nivel de resistencia de 1.780 dólares en su camino hacia la marca de los 1.800 dólares.
«El oro sigue subiendo a medida que los datos económicos de Estados Unidos alcanzan hitos nefastos», dice Ed Moya, analista de la plataforma de trading online OANDA, con sede en Nueva York.
«Junto con el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China, (éstos) deberían seguir impulsando la subida de los precios del oro».
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