The Walt Disney Company está en medio de una desagradable recesión. Su negocio, que prospera en experiencias grupales compartidas, lleva sufriendo desde que la propagación global del COVID-19 forzara el cierre de sus parques temáticos, resorts, cines y cruceros por todo el mundo.
Perjudicada por este revés sin precedentes, el hogar de Mickey Mouse anunció la semana pasada un déficit de 1.400 millones de dólares en sus ingresos operativos del último trimestre, incluyendo un golpe de 1.000 millones de dólares a causa del cierre de los parques temáticos, y el resto de otras unidades de negocio.
Pero lo peor está por venir. Este trimestre será cuando Disney se enfrentará el impacto total de los cierres de sus activos de entretenimiento, así como de las salas de cine y la cancelación de los partidos de deportes en directo en su red de televisión por cable ESPN, uno de sus buques insignia. Los analistas prevén que la compañía perderá cientos de millones de dólares, y que se desplomarán los ingresos en todos los ámbitos.
Con la gestión de este duro golpe, las acciones de Disney han perdido una cuarta parte de su valor este año. Al cierre de la jornada de este lunes, acumulaban pérdidas de un 1,27% y se situaban en 107,77 dólares.
Sin embargo, el gigante del entretenimiento ha tomado múltiples medidas para reducir el impacto de los eventos en sus ganancias futuras. Ha despedido temporalmente a miles de trabajadores y ha anunciado reducciones en el salario de los directivos. En un movimiento para preservar aún más el efectivo, la compañía dijo la semana pasada que renunciará a su pago de dividendos de julio, ahorrando alrededor de 1.600 millones de dólares, y reduciendo el gasto de capital en 900 millones de dólares.
En esta triste situación, donde el futuro está nublado de incertidumbre, los inversores de Disney se enfrentan a decisiones difíciles. ¿Deberían vender acciones de Disney o seguir siendo fieles a la compañía que tiene un largo historial de recuperación tras recesiones y guerras?
Camino a la recuperación
La mayoría de los analistas tienen muchas esperanzas en el futuro de Disney. Entre los 33 que cubren las acciones, 22 le asignan una calificación de compra; ha habido sólo una recomendación de venta y 11 aconsejan conservar las acciones.
Dado que Disney posee algunos de los medios de comunicación y activos de entretenimiento más emblemáticos de su sector, lo más probable es que la compañía con sede en California se recupere rápidamente una vez se contenga la pandemia. El presidente ejecutivo Robert Iger ha subrayado esto mientras hablaba con algunos analistas durante una teleconferencia la semana pasada, asegurando que la compañía «superará esta crisis».
Un punto positivo en esta perspectiva sombría: el recién lanzado servicio de video en streaming Disney+ de la compañía. Impulsado por el confinamiento de la población en los hogares, el servicio se está expandiendo rápidamente. Se ha hecho con más de 56 millones de suscriptores desde su lanzamiento en noviembre. Aunque todavía quema dinero en efectivo, Disney+ está experimentado un fuerte crecimiento y podría convertirse en una de las principales unidades generadoras de ingresos de la compañía en el mundo post-pandemia.
Dicho esto, el camino de Disney hacia la recuperación será lento y gradual como se puso de manifiesto con la reapertura de su parque de Shanghái ayer, en el que el Disneyland chino dio la bienvenida a los visitantes por primera vez desde enero. Las autoridades locales han dado permiso para que Shanghai Disneyland reabriera al 30% de su capacidad, o aproximadamente 24.000 personas al día.
Para llegar a las puertas de Shanghai Disneyland, los huéspedes tienen que pasar por controles de temperatura corporal y demostrar que su estado de salud ha sido confirmado utilizando una aplicación para smartphones que rastrea a personas infectadas. Las mascarillas son obligatorias, y algunas de las atracciones más famosas están fuera de servicio, incluyendo desfiles, fuegos artificiales y encuentros con personajes familiares, según un informe del Wall Street Journal.
En conclusión
Las acciones de Disney se han recuperado tras los mínimos de marzo, lo que indica que incluso durante lo peor de la pandemia los inversores no han perdido la fe en la compañía que cuenta con algunos de los mejores activos de entretenimiento del mundo bajo su paraguas.
Al mismo tiempo, es obvio que las ganancias de Disney no volverán a la normalidad hasta que haya una cura para el coronavirus. Para los inversores a largo plazo con un horizonte de dos años o más, las acciones de Disney siguen siendo una buena apuesta.
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