El jueves, durante la presentación de resultados de la compañía, el fundador y director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, dijo a los accionistas que «tomaran asiento» mientras les comunicaba las primeras pérdidas trimestrales del minorista online en los últimos cinco años. En respuesta, tras los resultados, los inversores enviaron su propio mensaje a Bezos: restaron 83.000 millones de dólares a la valoración de la compañía mediante la venta de acciones.
Aunque el gigante de Internet con sede en Seattle ha experimentado un aumento de las ventas de un 26% interanual —en parte debido a las medidas de confinamiento del COVID-19, que han trasladado el consumo minorista en tiendas físicas y centros comerciales al entorno online ya que muchas tiendas permanecen cerradas debido a los temores de propagación viral—, la compañía también ha anunciado que gastará más de 4.000 millones de dólares de su beneficio de explotación de aquí a junio para proteger a los empleados del coronavirus, y de ahí las pérdidas.
Para los más cínicos, esto puede catalogarse como una brillante medida de RRPP con la que la gigantesca compañía tecnológica espera guardar las apariencias, después de que, el 24 de abril, un recurso contra una demanda anterior en el sistema judicial francés, en la que los empleados afirmaban que Amazon no había hecho lo suficiente para mantenerlos a salvo en sus puestos de trabajo, diera la razón a los empleados. Entre otras cosas, la sentencia obligaba a Amazon a dejar de enviar artículos no esenciales en Francia.
Por otro lado, estamos impresionados por esta decisión, no sólo porque es moral, sino porque también mantiene la resistencia económica. Mientras que otras empresas han despedido a sus empleados —hasta el punto de llegar a más de 30 millones de despidos en Estados Unidos—, Amazon de hecho se embarcó en una oleada de contrataciones, sumando un impresionante total de 175.000 de trabajadores contratados. Este movimiento aparentemente en contra de la lógica se hizo para permitir a la compañía atender la demanda añadida de los clientes confinados en sus hogares que no podían salir a comprar a las tiendas físicas.
Creemos que algunos inversores no miraron el panorama general o simplemente perdieron la paciencia con las acciones. Las acciones de Amazon bajaron un 7,6% al cierre del viernes.
En nuestra opinión, las acciones podrían seguir bajando ahora. Todavía no sabemos cuánto ha afectado la reanudación del discurso de los aranceles del presidente Donald Trump a las previsiones generales del mercado, o hasta qué punto ha tenido éxito la compañía en el traslado de las fábricas fuera de China desde la guerra comercial del año pasado. Por ahora, estamos mirando a corto-medio plazo, basándonos en los técnicos.
La venta masiva del viernes establece una de estas dos cosas:
- (1) El fallo del banderín, un patrón de continuación (a lo largo de las líneas continuas) y por lo tanto alcista tras el repunte de abril. Esto ya se completó el jueves, con un repunte al alza, demostrando que la demanda había absorbido toda la oferta disponible dentro del patrón y que ahora aumenta las apuestas para encontrar nuevos vendedores dispuestos a precios más altos.
- (2) El comienzo de un patrón de ampliación (a lo largo de las líneas de puntos), que es bajista ya que se desarrolla en medio de un trading emocional, carente de liderazgo de mercado.
De cualquier manera, un patrón alcista fallido o un patrón de reversión, ambos terminan siendo bajistas.
La única diferencia es que en el primer escenario, el repunte a la baja ya se produjo, mientras que en el segundo todavía se está formando. Además, la línea de tendencia alcista desde los mínimos de marzo sigue siendo un nivel de soporte, aunque tanto el RSI como la MMCD han revertido su curso desde que tocaran techo, lo que sugiere que los precios caerán a lo largo de la línea de tendencia alcista.
¿Encaja este análisis con el que publicamos el 22 de abril, cuando hablábamos de un triángulo ascendente de siete meses y medio, un patrón alcista? En realidad, encaja perfectamente.
En ese post, nuestro análisis sugería que las acciones en última instancia subirían, pero que los alcistas esperan una mejor opción de entrada. Eso podría estar a punto de materializarse.
La actual reversión es la conformación de un movimiento de retorno hacia el nivel de 2.000 dólares, para volver a poner a prueba ese patrón alcista. A menos que la dinámica del mercado cambie mientras tanto —y no consideramos el dinero empleado en asegurar un servicio continuado en medio de la crisis comercial del COVID-19 más que una inversión que también aumenta la moral y la eficacia de la empresa—, el nivel de 2.000 dólares debería proporcionar un sólido apoyo, permitiendo otro repunte.
Estrategias de trading
Los traders conservadores esperarán un retorno hacia los 2.000 dólares y esperarán la acumulación como prueba de que la estructura del mercado se ha mantenido intacta.
Los traders moderados podrían esperar al retroceso, para esa mejor opción de entrada, pero no necesariamente hasta tener pruebas de la tendencia.
Los traders agresivos podrían posicionarse en corto en las acciones, siempre que entiendan que si el patrón actual es de hecho una formación de ampliación, las acciones podrían volver a alcanzar su extremo superior, en 2.500 dólares, incluso aunque siga bajando desde allí. Para evitar una brusca reversión del rumbo, es posible que quieran esperar hasta un cierre por debajo de la línea de tendencia alcista.
Ejemplo de operación: Posición corta
Entrada: 2.280 dólares
Orden de minimización de pérdidas: 2.330 dólares
Riesgo: 50 dólares
Objetivo: 2.080 dólares
Recompensa: 200 dólares
Relación riesgo-recompensa: 1:4
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