Como siempre, el primer viernes del mes trae consigo la fuerte expectativa que genera en los operadores la publicación de los datos de empleos de Estados Unidos, a cargo del Departamento de Trabajo, esta vez correspondientes a febrero.
Al respecto, se espera que el mes pasado se hayan generado unos 175 mil nuevos puestos de trabajo, una cifra sensiblemente menor a los 225 mil del mes de enero, con una tasa de desempleo que se mantendría en el 3.6%, y con ganancias promedio por hora que quedarían en el 0.3% de incremento.
De este modo, una cifra de empleos que quede por debajo de lo esperado podría dar un empujón más al dólar, que llega a esta instancia en un mínimo anual ante el euro, debilitado ante la renovada libra esterlina, y en mínimos de 6 meses frente al yen. Las excepciones llegan del lado del dólar australiano, afectado por la crisis de China, y el dólar canadiense, que al igual que el dólar, sufrió un recorte de tasa del Banco de Canadá el miércoles.
Tampoco llega en su mejor momento la bolsa de Nueva York. Luego del desplome de la semana pasada, el lunes y miércoles fueron dos días de fueres ganancias, las cuales se vieron opacadas por pérdidas de gran magnitud el martes y el jueves. Esta volatilidad de los papeles principales en la primera plaza financiera global deja entrever un gran nivel de indecisión e incertidumbre respecto al futuro inmediato. Muchos creen que las consecuencias que en los mercados puede causar el coronavirus es mucho más importante de lo que parecía en un principio.
De allí es que la sesión americana de este viernes ofrece un panorama tan abierto como incierto. El dólar tiene una buena oportunidad de recuperarse, aunque no parece fácil. El dato de empleos deberá ser muy bueno, contundente podríamos decir, para derrotar al euro y a la libra esterlina, que con pocos fundamentos alcanzan máximos importantes.
Hasta el oro, que en los últimos días se mostró dubitativo, crece ahora para acercarse a sus propios máximos de más de 7 años, que alcanzó la semana pasada en 1688 dólares por onza. El jueves cumplió con precisión quirúrgica con un pennant de continuación de tendencia alcista, al llegar a 1677 dólares.
Vale la pena cerrar la columna de este viernes con el panorama del dólar en Latinoamérica. Los planetas se alinean nuevamente a favor del dólar, que a diferencia de su errático comportamiento frente a las divisas europeas y asiáticas, se fortalece en toda la región. El jueves, el billete superó nuevamente los 20 pesos mexicanos, un nivel que no tocaba desde septiembre de 2019. A su vez, en Colombia, el dólar quedó a solo 3 pesos de tocar su máximo histórico de 3548 unidades, un nivel que tocó sobre el cierre de la semana pasada, y en noviembre de 2019. En Chile, el peso se acerca a su mínimo histórico, que alcanzó en 838 unidades por dólar en noviembre, en medio de los disturbios sociales de ese país. En su hora, el Banco de Chile anunció la inyección de 20 mil millones de dólares para frenar al dólar, con un éxito efímero. Si Japón no ha podido intervenir con eficacia, es difícil que lo logre un país sudamericano. En Uruguay, pese al cambio de rumbo político, que ahora es algo más liberal, el dólar superó por primera vez en la historia los 40 pesos. En Perú, el sol está algo más cerca de sus mínimos históricos de 2016, en plena crisis de las materias primas de ese año; esto sucede a pesar de la estabilidad económica que habitualmente luce dicha nación. La excepción es el peso argentino: con la vieja receta de sostener el tipo de cambio bajo a fuerza de intervenciones, devaluaciones encubiertas con impuestos, restricciones y argucias sin sentido y con el mismo, triste y repetido final de una crisis terminal, la vapuleada moneda le hace frente al dólar, incubando una explosión a futuro. Hay pocos países tan previsibles y tan imprevisibles a la vez como Argentina.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College