Según se acumula el impulso detrás del cambio sísmico que promete transformar radicalmente los mercados energéticos, se ha vuelto crucial evaluar de cerca la viabilidad a largo plazo de invertir en grandes reservas de petróleo, como Exxon Mobil .
Apostar por las principales acciones de petróleo nunca ha estado exento de riesgos. El mayor desafío al que se enfrentan los inversores a la hora de evaluar las acciones energéticas es predecir correctamente la dirección de los mercados petroleros. Ésta, por supuesto, es una tarea casi imposible dada la naturaleza extremadamente volátil de esta materia prima.
Incluso si es usted un alcista de la energía a largo plazo, elegir las acciones correctas de entre los «supergrandes» del sector energético se ha vuelto más complicado en vista de las inciertas perspectivas, a largo plazo, de la demanda-oferta en el contexto de un uso cada vez mayor de las energías renovables, los coches eléctricos y el impulso mundial para frenar el cambio climático.
El rendimiento de las acciones de Exxon Mobil refleja este desafiante entorno operativo para los gigantes petroleros. Las acciones ha caído un 11% este año cuando el S&P 500 ha ofrecido rentabilidades del 3%. Durante los últimos cinco años, el rendimiento de la empresa más valiosa de la tierra ha sido más decepcionante. Sus acciones cayeron un 34% durante ese período, mientras que el S&P 500 subió alrededor de un 60%. Ayer cerraron la jornada con un retroceso del 1,4% hasta 61,88 dólares.
Dado este pésimo rendimiento, es importante hacer esta pregunta: ¿podrá Exxon Mobil proporcionar un crecimiento de dividendos, que es la única razón plausible para que los inversores compren estas acciones en este entorno?
Exxon ha sido un generoso pagador de dividendos, elevando su pago a los accionistas cada año durante los últimos 37 años. Con su rendimiento anual de dividendos del 5,5%, el mayor desde mediados de la década de 1990, las acciones de Exxon se han convertido en una de las acciones de mayor rendimiento del S&P 500.
Vientos en contra negativos
Pero los últimos resultados financieros de la compañía están suscitando preocupaciones en torno a su capacidad para financiar sus pagos de dividendos. En el cuarto trimestre, el efectivo de las operaciones de Exxon no pudo cubrir los gastos de capital y fue el quinto trimestre consecutivo en el que la compañía recurrió a las ventas de activos o préstamos para cubrir sus pagos de dividendos.
A medida que el futuro de las grandes petroleras se vuelve incierto, algunas de las principales empresas de investigación del mundo se están abriendo más al asesoramiento a los inversores para mantenerse alejados de estas acciones.
Morgan Stanley dijo en una nota esta semana que Exxon está «más expuesto» a los vientos en contra negativos del sector, incluyendo el exceso de suministro de petróleo, gas natural y gas natural licuado. Goldman Sachs, al mismo tiempo, rebajó la calificación de Exxon a «venta» y rebajó su objetivo de precios de 72 a 59 dólares.
«No vemos un argumento convincente para comprar y retener XOM frente a otras acciones del sector de la energía con un perfil de rendimiento más atractivo», escribía Neil Mehta, analista de Goldman.
Una gran razón por la que los inversores han comenzado a mantenerse alejados de las acciones de Exxon es el enfoque bastante radical de la compañía para crear valor. En un momento en que otras empresas petroleras se están centrando en fortalecer sus posiciones en efectivo evitando grandes inversiones cuantiosas, Exxon está gastando mucho en nuevas iniciativas.
A pesar de las sombrías previsiones de la demanda de petróleo, el director ejecutivo de Exxon, Darren Woods, cree que la industria del petróleo y el gas necesita billones de dólares de inversión nueva para satisfacer la demanda mundial de productos energéticos para 2040. Teniendo esto en cuenta, Exxon está invirtiendo en megaproyectos de bajo coste que ayudarán a mantener el dominio de la compañía en los mercados de petróleo y gas natural durante décadas.
Este enfoque, aunque no es muy favorable a los inversores, está cosechando cierto éxito. La producción de Exxon de la Cuenca del Pérmico ha aumentado un 79% desde 2018. Y la compañía ha descubierto más de 8.000 millones de barriles de petróleo en Guyana, un hallazgo que llevó a Rystad Energy a nombrar a Exxon explorador del año tanto en 2018 como en 2019.
«Creemos firmemente que invertir en la parte más baja de este ciclo tiene algunas ventajas reales», dijo Woods a los analistas durante una teleconferencia la semana pasada. «Tenemos un balance muy saludable, que se concibió para momentos como éste».
A corto plazo, sin embargo, este impresionante plan de crecimiento ha sido un gran lastre para las acciones de la compañía y la estabilidad de sus dividendos. En noviembre, Moody’s Investors Service rebajó las previsiones de Exxon sobre su deuda de primer nivel a negativas debido a una «considerable» quema de efectivo para financiar el crecimiento.
«El alto nivel de inversiones de capital de crecimiento de la compañía no puede financiarse con flujo de caja operativo y ventas de activos a niveles proyectados dado el sustancial pago de dividendos de Exxon Mobil», según Moody’s.
En conclusión
En un momento en que otros productores integrados como Chevron o ConocoPhillips están devolviendo más efectivo a los inversores y las previsiones a largo plazo de los mercados energéticos siguen siendo poco alentadoras, las acciones de Exxon no parecen una preposición ganadora, a pesar de su atractivo rendimiento de dividendos. Además, el fuerte gasto en inversión de la compañía hace que sea una apuesta más arriesgada entre las acciones de petróleo.
Haris Anwar/Investing.com
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