La Reserva Federal emitió el miércoles su primera declaración de política monetaria del año, sin novedades. La tasa de interés quedó, como estaba previsto, en un rango que va del 1.5 al 1.75%. El discurso posterior al anuncio, a cargo del presidente Jerome Powell, no ofreció sorpresas. Tal vez su mención a un crecimiento “moderado” en lugar de “fuerte” del gasto de los consumidores, podría ser la nota destacada, como para buscar un tinte pesimista en su presentación. Muy poco como para mover al mercado.
Las acciones de Nueva York crecieron, cayeron, y volvieron a crecer, pero lentamente y sin cambios de tendencia. El dólar sigue dominando el panorama general del mercado de divisas, y harán falta unas cuantas acciones en su contra para cambiar este escenario. Tanto el euro, como la libra y el yen, este último en menor medida, se muestran débiles, y sin muchos incentivos para cambiar sus respectivas tendencias bajistas de corto plazo.
Pero este jueves volveremos a tener un día importante. La publicación del PBI avanzado (la primera medición de tres) del cuarto trimestre de 2019 se espera con un crecimiento del 2.1%, una cifra moderada pero suficiente para ratificar el buen funcionamiento de la primera economía del mundo. El dato, que se conocerá a las 8:30 del este, tendrá un impacto moderado, como de costumbre, y podría darle un nuevo impulso alcista al dólar en sus principales cruces. Del mismo modo, el petróleo podría crecer, luego de varios días de caídas fuertes, por el temor del “coronavirus” de China. Este se sigue propagando, pero el efecto en los mercados ya quedó trunco, como suele pasar con todas las noticias, por importantes que estas parezcan.
Sin embargo, pasada la presentación de la Fed, los ojos del mundo financiero -y también del no financiero-, estarán puestos desde este jueves en Reino Unido. El viernes se ejecuta el Brexit, un hecho histórico para los británicos y para Europa, que ve irse de su seno a uno de sus principales alfiles. Es verdad que no es un país más: mantuvo su moneda, y siempre sobrevoló la competencia entre las islas y el continente, en gran parte por la vieja creencia de los británicos de que finalmente le aportaron más a Europa que Europa a ellos. En parte, allí se encuentra uno de los motivos del Brexit.
Como dato preliminar, el Bank of England dará a conocer su anuncio de política monetaria, que tampoco incluirá sorpresas. La tasa de interés, que actualmente se encuentra en el 0.75%, quedará sin cambios, luego de haber permanecido en el 0.5% desde marzo de 2009 hasta el referéndum del Brexit en junio de 2016, cuando fue recortada al 0.2%. A posteriori, y en vista de que la definición de la salida de la UE era un asunto de largo aliento, el BoE elevó la tasa otra vez al 0.%, para elevarla, ahora sí por un rebrote inflacionario, al 0.75% actual en agosto de 2018.
El panorama cambió mucho desde entonces. Se fue un billón de libras de inversiones, la inflación ya no es un problema, y los principales indicadores británicos ofrecen cifras decepcionantes. Y aún no se ejecutó el Brexit.
El Banco Central no podrá echar mano a un recorte de tipos -cabe acotar que tiene margen de maniobra, frente a una pérdida del mismo del Banco Central Europeo, que ya tiene tasa negativa-, hasta que se aclare un poco el panorama, y la economía post Brexit comience a encaminarse hacia alguna parte. Lo que sí parece seguro es que el Comité de Política Monetaria dejará todo listo para recortar la tasa en marzo o en mayo, fechas de las próximas dos reuniones. Por ahora, la libra tiene mucho para perder, y poco para ganar. ¿Otra vez a 1.2000? No parece, pero sí es probable que pase algún apuro importante.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College