Brasil es un mercado clave para Telefónica, no en vano, el valor de mercado de su participación del 74% del capital de Telefónica Brasil equivale ya a más del 48% de la capitalización bursátil del conjunto del grupo español. Pero su evolución dista mucho de lo que sucede en el Ibex, la filial brasileña marcó hace poquito nuevos máximos y en el último año sus acciones suben un +39% debido principalmente a la nueva ley nacional de telecos que facilitará la venta de activos a las empresas del sector.
Aquí en España, sin embargo, la cosa es diferente, perdió el pasado año un 15% de su valor en el mercado, unos 5.770 millones de capitalización bursátil. Durante 2019, Deutsche Telekom, Vodafone, Orange y Telefónica se han dejado 10.000 millones de euros en bolsa y el 60%, 5.700 millones de euros, corresponden a Telefónica.
Los grandes accionistas de Telefónica ya se están poniendo nerviosos, no quieren ver peligrar sus inversiones. Concretamente BBVA, Caixabank y BlackRock, que controlan el 17,2% del capital, quieren garantías de que el dividendo puede mantenerse en los próximos años. Pero la realidad es tozuda y no es viable seguir manteniendo la retribución que otorga la teleco española durante los próximos años, entre otras razones por la limitación de su potencial de crecimiento (fíjense que Telefónica Deutschland dijo que recortará un 37% la retribución a los accionista).
Claro, para evitar suspicacias e intentar transmitir tranquilidad y normalidad, qué mejor que cundir con el ejemplo, de ahí que Álvarez-Pallete y otros consejeros compraran acciones por importe de 26 millones de euros. Pero la realidad es que un recorte de dividendos está en el ambiente.
El plan estratégico que presentó el grupo el pasado 27 de noviembre no ha logrado convencer a los inversores para comprar acciones. El tema es que el negocio tradicional es en estos momentos poco rentable, a la vez que la competencia es tremenda, además de que las expectativas son inexistentes. A nadie escapa que a los inversores les cuesta confiar en el sector porque está muy endeudado y estará obligado a realizar fuertes desembolsos para extender sus redes de fibra y 5G en varios países.
La puntilla es la nueva subida de precios que llevará a cabo en el mes de marzo la compañía, subiendo el precio una vez más (la cuenta es difícil de llevar). No se libra nadie, una subida a todas las tarifas Fusión, 4 euros más al mes a cambio de más megas. Indudablemente una mala estrategia, porque estamos hablando de una competencia voraz en el sector en el que, si subes los precios, darás más motivos para que los clientes se cambien de compañía.
Ni siquiera las compras de autocartera (ya controla un 2,441% de su propio capital) han podido animar a sus acciones.
Es cierto que tratándose de una gran compañía cotiza a precio muy interesante de cara a comprar. Pero aun así debiera de ser con un horizonte de medio-largo plazo, porque el camino no va a ser sencillo ni exento de dificultades, requiriéndose una alta dosis de paciencia. Los resultados que presentará en el próximo mes de febrero serán la primera piedra de toque.
Técnicamente hablando, presenta un interesante nivel de soporte en los 5,93 euros formado el pasado mes de agosto. Sería una buena zona para intentar aprovechar un rebote al alza, máxime si coincide con sobreventa, hecho que ayudaría bastante.
Ismael De La Cruz/Investing.com
Artículos publicados con la autorización de Investing.com. Por favor, consulte importantes advertencias de riesgo y legales.