El Banco Central Europeo dará a conocer este jueves, a las 7:45 del este, su comunicado de política monetaria, el primero de 2020, y el segundo bajo el mandato de Christine Lagarde. No se esperan cambios en la tasa de interés de referencia, que quedará en cero, en tanto la tasa de depósitos seguirá negativa. Tampoco se esperan modificaciones en el plan de estímulo a la economía, que promulgó el expresidente Draghi en septiembre pasado, y que la propia Lagarde puso en marcha en noviembre.
El euro llega a esta instancia en una posición incómoda. Si bien desde los mínimos del año pasado en 1.0880 logró repuntar hasta 1.1238 el 31 de diciembre, nunca pudo alejarse del todo de los mínimos, y su rally fue más consecuencia de la debilidad del dólar que de la propia fortaleza del euro. El plan de estímulo del BCE, que incluye además una tasa negativa para los bancos, limitó un alza mayor del euro, que comienza el año en franco declive.
Naturalmente, para que esto ocurra, el discurso posterior al anuncio del BCE, a cargo de Lagarde desde las 8:30 del este, deberá ser entre pesimista y austero. Si bien Alemania está comenzando a dar algunos signos de recuperación, lo que se llamaban “brotes verdes” en la época de la crisis allá por 2011, la economía de la Eurozona aún no da motivos para el optimismo. Y con el margen de maniobra reducido por las tasas ya negativas, el BCE deberá esperar que la actividad crezca en forma sustentable, sin mover los tipos de interés.
Por otra parte, desde Estados Unidos no le dan una mano al euro. El presidente Trump volvió a hablar del conflicto comercial con Europa, sobre el cual además le asiste la razón según la OMC. Parece extraño que justo ahora que comienza a dar señales positivas en la guerra comercial con China se embarque en semejante conflicto con Europa, pero hablamos de Trump, que pese a estar en un año electoral, no deja de tomar medidas extremas.
¿Puede sorprender Lagarde con un discurso optimista? No parece, pero la posibilidad siempre existe. Aunque en dicho caso, el euro verá su potencial alcista limitado, y no muy por encima de 1.1160.
En otro orden, la libra esterlina se vio beneficiada por un discurso del primer ministro británico, Boris Johnson, quien se mostró confiado en llegar a un acuerdo comercial con la Unión Europea antes de fin de año. El mandatario no anduvo con rodeos, y se toma 11 de meses más después de retirar a su país de la UE para intentar llegar a un acuerdo, que llegará solo si la misma UE se muestra tolerante. Ya lo ha sido, y bastante, soportando las postergaciones impuestas por Reino Unido por no ponerse de acuerdo prácticamente en nada a nivel interno. Sin muchos motivos, la libra sube, cuando se acerca el Brexit, y un día antes, el jueves 30, la reunión de política monetaria del BoE, que parece mostrarse con las manos desatadas después de casi 4 años, pero que deberá esperar unos cuantos meses más para recortar la tasa de interés del 0.75% actual.
El yen y el oro, sin muchos cambios, y a la espera de noticias. El temor al virus salido de China se va diluyendo, lo cual confirma que, a los efectos de los mercados, no es un motivo para un derrumbe de los mismos. Este jueves, entonces, no habrá virus ni Brexit ni guerra comercial: la atención estará puesta en la elegante señora Lagarde.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College