Después de varios meses interminables, llega el día de la firma del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Los mercados, naturalmente, se encuentran con la vista puesta en la ceremonia, que tendrá lugar a las 11 del este. En Nueva York, los futuros de los índices principales volvieron a tocar máximos históricos en la tarde del martes, extendiendo un rally de largo plazo que no conoce muchos precedentes. A la vez, el oro y el yen, si bien se mantuvieron estables, mantuvieron -y mantienen- sendas tendencias bajistas de corto plazo.
No pareciera haber lugar para deslices ni contratiempos. Lo que China busca, que es un acuerdo medianamente favorable que le permita expandir su economía sin tantas trabas como hasta ahora, y lo que Estados Unidos (llámese presidente Trump) desea, que es tener un año de crecimiento, con alto consumo y sin contratiempos, esta vez parece tener un buen final.
Por otro lado, y dada la importancia del evento, es muy escasa la difusión que ha tenido fuera del ámbito de los mercados. Incluso el presidente Trump, que envía tweets prácticamente por todo, esta vez aparece extrañamente callado. ¿Será que se ha visto obligado a ceder en lo que no quería? ¿O será acaso que Estados Unidos dejará los aranceles en vigencia hasta las elecciones de noviembre, algo inesperado y cuya respuesta china aún no llegó? El oro luce además muy bajista, como si la crisis de Medio Oriente no hubiera ocurrido; algo similar sucede con el yen, aunque en su caso podría emparentarse su baja con el alza general del dólar.
Concretamente, y para no dejar un halo de misterio, la inquietud es: si el acuerdo es tan bueno ¿por qué no se dan detalles del mismo en profundidad? La hora elegida para su firma, una hora y meda después de la apertura de Wall Street ¿será casual?
Como siempre hay bancos que leen los periódicos de pasado mañana -coloquialmente, cuentan con información privilegiada-, en nuestra opinión no habrá mejor termómetro de lo que viene que lo que ocurra entre las 9:30 del este, hora de apertura del mercado americano, y la firma. Si todo sube mucho, en exceso y sin mucho control, el acuerdo no será lo bueno que se espera. Y la reacción del mercado posterior a la firma, tampoco.
De todos modos, no hay lugar para las alarmas. Si la cercanía de una guerra declarada entre Estados Unidos e Irán apenas sacudió a los mercados unas pocas horas, un acuerdo no tan beneficioso podría tener el mismo efecto. Los mercados suelen exagerar sus reacciones, y por eso funcionan como funcionan.
Ante un día así, el euro, la libra esterlina, el yen, se ponen a las órdenes del dólar. El euro, sin reacción, transitando la ancha franja que va desde 1.1100 a 1.1200, y sin pistas claras; la libra, a la espera del dato de inflación del Reino Unido, pero con una buena reacción alcista, y con un doble suelo en el gráfico de 4 horas, que puede estirar sus ganancias a la zona de 1.3070. Y el yen, a la espera del acuerdo, cerca de 110.00, y con potencial para ir a buscar 110.30 en primer término, si es que todo sale como se espera.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College