Tras presenciar la duplicación del valor de sus participaciones durante el año pasado, una pregunta lógica para los inversores en acciones de Apple es si es el momento de eliminar parte del riesgo y reducir sus participaciones en las acciones de esta megaempresa tecnológica.
Quienes defienden esta teoría tienen en qué justificarla. Las acciones han subido más de un 100% en los últimos 12 meses, registrando nuevos máximos el viernes, cerrando en 310,33 dólares. De hecho, las ganancias de Apple son ahora las más elevadas del grupo de los cinco gigantes tecnológicos principales, que incluye a Amazon.com y la propietaria de Google, Alphabet.
Por primera vez desde 2011, las acciones del fabricante de iPhone han alcanzado una relación precio-beneficios más elevada que la del S&P 500 después de que la valoración de sus acciones casi se duplicara en 2019. Esto supone una reversión con respecto a los nueve años anteriores, cuando las preocupaciones en torno a la falta de innovación de productos mantuvieran las acciones en persistente desventaja con respecto al mercado.
Tras el potente repunte de 2019, Apple cotiza en 26 veces las ganancias del año pasado, su cota más alta desde 2008. Eso se compara con el múltiplo de 24 registrado por el S&P 500. La magnitud del actual repunte de Apple ha suscitado preocupaciones en torno a que las acciones van camino de una corrección.
Al precio de ayer, las acciones cotizan con un alza de más de un 12% por encima del objetivo de precio promedio de los analistas. Siete de los 49 analistas de Bloomberg que siguen a Apple le asignan una calificación de venta, la más elevada en al menos nueve años.
Los inversores de Apple ignoran el pesimismo
A pesar de estas preocupaciones, la persistente fortaleza de Apple indica que los inversores han comenzado a ignorar un escenario bajista que llama a evitar las acciones de la compañía porque su crecimiento depende demasiado de los iPhones. Su producto estrella sigue suponiendo aproximadamente la mitad de las ventas totales, lo que hace que el negocio sea vulnerable a un cambio en las preferencias de los consumidores y a una posible ralentización de la actividad económica.
Uno de los factores más importantes que más respalda la fuerte postura de los alcistas de Apple es que su ecosistema de productos y servicios muestra una rápida evolución que está ayudando a la empresa a profundizar su penetración. La unidad de servicios de Apple, que incluye sectores en crecimiento como la App Store, Apple Pay y Apple Music, está repuntando y contribuyendo cada año más a las ventas totales de la compañía.
Según las previsiones de los analistas, el número de iPhones vendidos este año será muy inferior al número total vendido durante los años de auge del iPhone: 2015, 2016, 2017 y 2018. Y, sin embargo, se espera que Apple genere unos ingresos récord este año de más de 275.000 millones de dólares gracias a su modelo de negocio en evolución.
Se prevé que las ventas de los servicios de Apple aumentarán hasta 54.000 millones de dólares en el año fiscal 2020 y que representarán una quinta parte de las ventas totales, frente al 18% de finales de 2019, según datos de los analistas recogidos por Bloomberg.
Además de estos impulsores del crecimiento, el entorno macroeconómico, que se volvió hostil el año pasado tras la disputa comercial entre Estados Unidos y China y el creciente riesgo de recesión, está mejorando rápidamente. El mercado de valores está aumentando, la volatilidad es baja y el empleo está creciendo.
La Reserva Federal de Estados Unidos está claramente tomándose un descanso y parece poco probable que el presidente Donald Trump provoque deliberadamente ninguna perturbación en el mercado durante un año electoral. Este positivo telón de fondo está provocando que los consumidores gasten más en dispositivos a nivel mundial. Las ventas de iPhone de Apple en China, el mayor mercado extranjero de la compañía, aumentaron más de un 18% el mes pasado, según los cálculos de la CNBC.
En conclusión
El intento de Apple de reducir su dependencia de los iPhones está mostrando claros indicios de éxito. Eso significa que la compañía ha desarrollado un ecosistema muy robusto construido en torno a su negocio de servicios. Este impulso está debilitando la postura de los bajistas en contra de las acciones de Apple e impulsando el actual repunte. En este entorno altamente favorable, en nuestra opinión, los inversores harían mejor en aferrarse a sus acciones de Apple en lugar de recoger beneficios.
Haris Anwar/Investing.com
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