Codere subió ni más ni menos que un 12,50% el pasado 6 de enero, su mayor subida desde que, a finales de noviembre de 2018, acumulara en una sola sesión un repunte del 20,10%. Una subida apoyada, además, por un fuerte volumen, -prácticamente el doble de su media diaria anual-, lo que le permitía recuperar buena parte de todo lo que perdió en el pasado ejercicio (-20%).
Simplemente especulación: así de simple. Una subida un tanto fuera de lugar (aunque los dos días siguiente corrigió parte de esa subida) teniendo en cuenta que se produjo después de saberse que en España el PSOE y Unidas Podemos van a crear un Ministerio del Consumo, presuntamente dirigido por Alberto Garzón, Ministerio que tendría competencias de consumo ecológico, juegos de azar y casas de apuestas, y que entre otras medidas pretendería fijar la restricción de la publicidad de las compañías del sector y la apertura de establecimientos a partir de las 22 de la noche, sin olvidar que se planteaban cerrar en dos años el 90% de las casas de apuestas para frenar la ludopatía.
Pero Codere no sólo está preocupada por el nuevo Gobierno en España. En Latinoamérica presenta otro frente delicado. Concretamente, por las «inconsistencias» detectadas en las filiales de la compañía en México, Panamá y Colombia, hecho que pone en riesgo las operaciones de la empresa en toda Latinoamérica. Pero hablando claro, el tema es que 20 millones de dólares de la caja de la empresa desaparecieron sin más…
Y aquí no acaba todo. En México, el Gobierno dijo que no concederá nuevas licencias de juego y Standard & Poor’s puso en vigilancia las calificaciones de Codere con perspectiva negativa por las dudas para refinanciar los 775 millones en bonos que vencen en noviembre de 2021 en medio de los problemas que atraviesa en Argentina.
Así pues, los catalizadores no son precisamente favorables para la compañía. Lo de Latinoamérica le puede pasar factura, y la nueva regulación en España no juega precisamente a su favor. Por tanto, no es un valor de los ideales para tener en cartera. Podrían añadirse más cosas, como que se espera que el flujo de caja sea negativo debido a la depreciación de algunas monedas.
Otra cosa es a nivel especulativo. Pueden ver en el gráfico cómo el fuerte soporte formado en noviembre de 2018 fue puesto a prueba en diciembre de 2019 con éxito, logró contener las caídas, evitando males mayores y rebotando el precio al alza. Reajustando los niveles, serían los 2,55 euros la zona de soporte que los inversores estarían vigilando como opción de rebote al alza si regresase el precio. De todas maneras, sería una estrategia de riesgo y sólo apta para inversores agresivos.
Pese a todo, conviene recordar una de las preocupaciones entre los pequeños accionistas, concretamente la gran estrechez del valor, lo que facilita su manipulación y complica la salida en caso de urgencia (mueve poco más de 44.000 títulos diarios de media). Recordemos lo acontecido hace un año cuando una familia logró elevar artificialmente el precio de las acciones de Codere (también las de Amper y Quabit) en más de un 10%. Las operaciones se producían en periodos muy concretos y breves de la sesión (no más de 10 minutos).
Ismael De La Cruz/Investing.com
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