A falta de solo dos días para terminar el año, los mercados esperan un gesto de los gobiernos de Estados Unidos y China que defina la fecha y el lugar de la firma de un acuerdo “fase uno” en el contexto de la guerra comercial que ambos países sostienen.
Si bien ya se han alcanzado acuerdos en el pasado, tanto el de Buenos Aires en diciembre de 2018 como el de Osaka en junio de este año, no habían generado la expectativa que provoca este. Previendo un acuerdo, los índices bursátiles de Nueva York han alcanzado máximos históricos prácticamente a diario durante el mes que termina, y los inversores en general se han volcado a activos de riesgo, haciendo retroceder al dólar, y premiando a las monedas europeas. La excepción es el yen, que siempre actúa como seguro ante situaciones de crisis, y esta vez le tocó caer moderadamente.
Por ello mismo es que llama la atención el alza del oro. El metal precioso se perfiló como ganador del mes, y salvo alguna circunstancia, así va a terminar. Si se trata de un movimiento tipo burbuja, generado por algunos bancos formadores que esperan la noticia del acuerdo para hacerlo caer violentamente es algo que sabremos muy pronto. Ya ocurrió algo así el pasado jueves 12, cuando el presidente Donald Trump envió un mensaje eufórico, pero no muy espontáneo: una hora antes, el oro ganó 12 dólares. Significa que, antes de transmitir su mensaje por Twitter, se la transmitió a algunos operadores.
Pero los mercados en general no miran esas “minucias”. Ahora parece tiempo de festejar, y solo algunos se atreven a mirar como, por ejemplo, el índice Dow Jones gana terreno pero con alzas cada vez más moderadas. Esto es: máximos ascendentes, sí, pero muy cerca de los mínimos ascendentes.
Los informes de fin de mes, ya adelantados días atrás, dejan la agenda del lunes casi vacía. Tan solo el PMI de Chicago, dato importante aunque de bajo impacto en los precios, se conocerá a las 10:00 del este.
Mientras tanto, el oro sigue ganando, el petróleo, también aunque un poco menos, el euro gana la batalla mensual después de haber puesto en riesgo la cota de 1.1000, y la libra, que pronto será nuevamente vapuleada por el indescifrable Brexit, también termina con una victoria este mes.
Ya casi no queda tiempo para cambios de tendencia. Lo bueno es que los mercados terminan el año de buen humor, o al menos eso parece. Aún quedan unas cuantas horas, y tanto Trump como Xi tienen la palabra.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College