Si tomamos como punto de partida los mínimos de la renta variable durante la crisis financiera de 2009, la Bolsa europea se ha quedado bastante rezagada con respecto a la estadounidense.
Hay varias razones para entenderlo:
- – Las compañías norteamericanas han presentado mejores beneficios frente a las del Viejo Continente (desde marzo de 2009, el beneficio por acción de las empresas del S&P 500 ha aumentado un 170%).
- – La composición de las Bolsas. Tengan en cuenta que en esta década han dominado una serie de compañías tecnológicas que todos tenemos en mente (Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Google) y cotizan en la Bolsa norteamericana. Además, este sector tiene un peso del 26% en el índice, frente a un peso del 11% en Europa.
- – Connotaciones geopolíticas. Europa ha estado sacudida por una serie de hechos convulsos (Brexit, el problema de la deuda de los países del sur, el pulso de Italia a la UE).
Los inversores han retirado 135.500 millones de dólares de los fondos de inversión centrados en acciones de EE.UU., fundamentalmente por la preocupación de la guerra comercial entre China y Estados Unidos y el temor a una recesión. Esto implica que si se alcanza un pacto comercial favorable para ambas partes, el dinero volverá y la Bolsa norteamericana tendría más margen para seguir subiendo. Entonces, ¿cómo es que Wall Street ha mantenido el tipo subiendo? Pues gracias a las recompras de acciones.
Una cuestión clave es que mientras haya espacio para seguir bajando los tipos de interés, la renta variable seguirá favorable. De cara a 2020, en Wall Street los más optimistas ven al S&P 500 en los 3.250-3.300 puntos, los más pesimistas lo ven cayendo ligeramente. Y es que las valoraciones son altas, más altas de lo que han sido el 90% del tiempo en los últimos cinco años.
Mi opinión no llega a ningún extremo, creo que a nada que se resuelva el conflicto comercial y teniendo en cuenta que seguramente EE.UU. no entre en recesión (simplemente desaceleración), podríamos ver subidas de un solo dígito, máximo 6%-8%. Viene a coincidir con lo que expuse hace un año para el Ibex 35 de cara a 2019, que se me hacía difícil verlo subiendo dos dígitos.
Un dato a tener presente: de media, el índice S&P 500 sigue subiendo después de un año en el que haya subido un 20% o más, y esto sucede en el 80% de las ocasiones, alzándose en el ejercicio siguiente un 11% de media.
No existe una correlación entre la duración de un mercado alcista y la duración e intensidad del mercado bajista posterior. El tiempo nos ha mostrado que los mercados alcistas especialmente largos no siempre son seguidos por mercados bajistas severos.
De hecho, la mayoría de las veces, son seguidos por descensos más cortos. Esa es una información importante porque muchos inversores están preocupados por el mercado bajista que eventualmente seguirá al mercado alcista actual de EE.UU.
Para medir la correlación podemos echar un vistazo al calendario de Ned Davis, según el cual ha habido 36 mercados bajistas desde 1900 y 37 mercados alcistas, y la conclusión es la ya indicada: existe una correlación inversa entre la longitud de un mercado alcista y la duración del mercado bajista posterior. Por supuesto se trata de datos estadísticos, no pueden ser adoptados como dogmas de fe.
Ismael De La Cruz/Investing.com
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