Si analizamos detenidamente la composición de las carteras de los fondos que más éxito están teniendo en los últimos años comprobaremos cómo la presencia de valores medianos, incluso pequeños, son frecuentes. Valores con liquidez limitada y cortos en transacciones diarias ¿qué significa esto? Sin entrar en los buenos fundamentales, o no, de las diferentes empresas, la realidad es que un valor con capitalización corta y free float estrecho es susceptible de ser controlado por sus cuidadores, mentores o patrocinadores. Y, por supuesto, por la propia empresa. En mi dilatada experiencia por estos lares, más de 50 años siguiendo el curso de las cotizaciones, he visto de casi todo. Por ejemplo, la imposibilidad de entrar o salir en un valor estrecho cuando hay una mano de dios que la vigila. Este control, desde arriba, se ha manifestado, se ha hecho patente, cuando todo el mundo ha querido vender en situaciones de pánico generalizado: las cotizaciones se desploman, aunque luego reboten con intensidad pasados los vientos huracanados…», me dice S. J. analista y gestor, ya retirado, que me envía el siguiente enlace:
Para los gestores de activos, la liquidez es la capacidad de atender las solicitudes de reembolso sin que afecte de forma significativa al valor y la estructura de la cartera y en el mejor interés de los inversores, es decir, sin que afecte a la estructura o a la valoración de los activos del fondo. La liquidez depende de muchos factores como el entorno macroeconómico, las condiciones del mercado, el bid-ask spread y la propia estrategia de liquidación del fondo. Es un tema que preocupa a gestores e inversores, sobre todo tras el caso Woodford, el cual ha provocado un gran revuelo mediático, sobre todo en Reino Unido. Esto ha obligado al regulador británico a reaccionar rápidamente, escribía hace unas semanas Funds People.
El 30 de septiembre, la FCA impuso nuevas normas de liquidez para los fondos con el objetivo de proteger a los inversores en fondos abiertos que invierten en activos difíciles de vender. A partir de septiembre de 2020, los productos que entren dentro de la nueva categoría de fondos que invierten en activos inherentemente ilíquidos estarán sujetos a reglas de información más estrictas y a una mayor supervisión por parte del depositario y deberán contar con planes de contingencia que minimicen el riesgo de liquidez. Además, la FCA establecerá un nuevo requisito por el que los fondos se verán obligados a suspender la negociación si existen dudas sobre el valor de activos que representen al menos un 20% de sus carteras.
Inicialmente, esta norma solo se aplicará a los fondos inmobiliarios pero la FCA se está planteando ampliarla al resto de la industria. Además, en septiembre de 2020 entrarán en vigor las nuevas normas de ESMA sobre las pruebas de resistencia (test de estrés) a las que deberán someterse los fondos UCITS y alternativos (AIF) domiciliados en la UE. Estas normas se han diseñado para mejorar los estándares y la consistencia de los test de estrés de liquidez que realizan los gestores, con el objetivo de fomentar la convergencia de los procedimientos empleados por los distintos países de la UE.
Según Pascal Blanqué, director de Inversiones de Amundi, y Vincent Mortier, director adjunto de Inversiones en la entidad, aunque los reguladores están estableciendo directrices y procedimientos comunes para proteger a los inversores del riesgo de liquidez, aún nos encontramos en las primeras fases del proceso.
Eso significa que, por el momento, son los propios gestores de activos e inversores los que tienen que evaluar los riesgos de liquidez. Pero… ¿qué procedimientos seguir para hacerlo? En el caso de los gestores de fondos, Blanqué y Mortier explican que estos disponen de diversas herramientas que les ayudan a una buena gestión de la liquidez y que pueden utilizar de forma regular o en caso de que se produzca una crisis de liquidez. Se trata de las siguientes:
Supervisión de la liquidez: a su juicio, la gestión de la liquidez debe formar parte de los procesos de inversión de los fondos, incluso a nivel de grupo. “Persigue mejorar la gestión del riesgo de liquidez y se apoya en un completo conjunto de herramientas como test de estrés, análisis de escenarios, monitorización de los indicadores del mercado y desglose por clase de activo tanto a nivel de fondo como de sociedad gestora. Idealmente, los gestores de activos deberían realizar test de estrés diarios para garantizar que serán capaces de atender las solicitudes de reembolso”.
Swing prices: esta herramienta tiene por objetivo proteger a los inversores existentes del efecto dilutivo sobre la rentabilidad del fondo que podrían provocar las suscripciones o los reembolsos realizados por otros inversores del fondo.
Colchón de liquidez (o liquidity buffer): el colchón de liquidez mejora la capacidad de un fondo para contrarrestar unas malas condiciones de mercado.
Gestión de crisis de liquidez: estas herramientas abarcan procesos ad hoc destinados a coordinar a los equipos durante una grave crisis de liquidez.
De acuerdo con Blanqué y Mortier, estos pasos permiten identificar áreas donde puede existir riesgo de liquidez, tomar las medidas necesarias –si es posible– y ajustar las asignaciones para que la cartera resista mejor un potencial shock de liquidez. Pero… ¿y qué pueden hacer los inversores para protegerse del riesgo de liquidez? Los expertos destacan cuatro:
- 1. Incluir consideraciones relativas a la liquidez en sus procesos de asignación de activos y plantearse aumentar el porcentaje de bonos líquidos y de mayor calidad para que actúen como colchón de liquidez.
- 2. Evitar la concentración en posiciones muy concurridas (crowded trades) e incluir consideraciones relativas a la liquidez en el proceso de selección de ideas de inversión.
- 3. Evitar las inversiones excesivamente apalancadas que pueden verse más expuestas al riesgo de liquidez.
- 4. Evaluar los procesos de gestión del riesgo de liquidez del gestor del fondo.
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa