El dato de empleos de Estados Unidos de octubre arrojó cifras mucho mejores a lo esperado. El consenso de analistas arrojaba un pronóstico de 85 a 90 mil empleos creados el mes pasado, aunque la cifra conocida fue de 128 mil, con una tasa de desempleo que, en línea con lo esperado, creció al 3.6%.
Diversas conclusiones pueden inferirse de estos datos. Si se lo mira desde el lado positivo, casi 40 mil nóminas más que lo que se esperaba no deja de ser alentador. Desde un costado un tanto más escéptico, los números conocidos están muy lejos de los mejores momentos de 2018, cuando en algunas oportunidades se creaban más de 250 mil empleos mensuales, mientras la tasa bajaba raudamente.
Por otra parte, la moneda norteamericana se encuentra bajo la presión del probable juicio político que podría iniciar el partido demócrata contra el presidente Donald Trump. Los argumentos, si se quiere discutibles, no son más que otro eslabón de los tantos que durante su gobierno la oposición fue buscando para destituirlo, aunque las posibilidades de que prospere son nulas: el Senado sigue en poder del partido Republicano. El efecto que podría causar en el electorado es mostrar evidencias de la culpa de Trump, en cuyo caso podría disminuir su caudal de votos, o todo lo contrario: podría ser visto como una pérdida de tiempo cuando los problemas en Estados Unidos no faltan. En cualquier caso, Trump culpó a los demócratas de la baja en la bolsa de Nueva York, algo que es relativamente cierto, al tiempo que los calificó de “vagos”.
Pero el mercado sigue su curso, y este martes tendremos un dato importante: el ISM de servicios, una medición que ha venido cayendo muy fuerte durante todo 2019, al punto de caer de unos brillantes 61 puntos, los máximos de más de una década, los peligrosos 52 puntos de octubre, cerca del nivel de contracción del sector, debajo de 50. Dado que no habrá mucha oscilación de precios el lunes, este informe aparece como el más relevante de la semana, y dejará tela para cortar.
El dólar inicia la semana a la baja en prácticamente todos los frentes. Cae ante el euro, ante la libra, ante el volátil yen de la semana pasada, y ante el oro, que como buen activo de refugio, ya pasó el umbral de los 1500 dólares, alejando por ahora los fantasmas de un desplome masivo.
La moneda estadounidense podría retomar la iniciativa ante un improbable anuncio de acuerdo entre Estados Unidos y China. Si bien el acuerdo ya se dio a conocer el 11 de octubre, se esperaba su firma para noviembre, en una cumbre que iba a tener lugar en Chile, y que fue suspendida por el presidente Piñera, en vista del conflicto social que impacta en ese país. Cualquier novedad positiva en este sentido podría ser un alivio para el dólar, y castigar al yen y al oro.
El euro no tiene mucho para ofrecer. Solo por encima de 1.1200 se sentirá más seguro, aunque la entrada en vigencia del plan de estímulo a la economía en la Eurozona debería impactar en su precio. Las cifras de Alemania de la semana pasada no fueron tan malas como se esperaba, y allí puede residir una esperanza para la moneda única.
Por último, la libra esterlina parece entrar en un compás de espera. Las encuestas para las elecciones del 12 de diciembre favorecen a Boris Johnson, líder que no mostró mucha contundencia, aunque es justo decir que no se dio por vencido ni aún vencido. El hombre convocó a elecciones, el Parlamento lo aprobó a duras penas, y allí va, camino a una elección que le de legitimidad a un mandato que nació en medio del caos del Brexit. Solo con ganar Johnson y dejar atrás al temible Jeremy Corbyn, aunque la salida de la Unión Europea después se demore indefinidamente, la libra esterlina se verá beneficiada.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College