Tal como estaba prácticamente descontado por los mercados, la Fed recortó la tasa de interés de los fondos federales el miércoles, quedando la misma en un rango de entre el 1.5 y el 1.75%. La decisión, justificada por el presidente de la entidad, Jerome Powell, en su habitual conferencia de prensa posterior al anuncio, hizo trastabillar al dólar, que ya venía dando algunos signos de debilidad desde las primeras sesiones de la semana.
El recorte no fue decidido por unanimidad. Dos oficiales del FOMC votaron por mantener la tasa en el rango del 1.75 al 2%, en tanto James Bullard, titular de la Fed de St. Louis, que había votado por un recorte más grande en septiembre, esta vez se volcó por el recorte que finalmente tuvo lugar.
La escalada de la guerra comercial, que desde septiembre de 2018 tuvo varios capítulos, y frágiles acuerdos, solo sirvió para incrementar la incertidumbre por la desaceleración del crecimiento de la economía estadounidense y global. Los valores de crecimiento se muestran algo débiles en estos meses, con el sector de manufacturas en contracción, y el de servicios a punto de entrar en dicha peligrosa zona. El atenuante viene de la mano del empleo, que se mantiene en cifras altas, aunque en los últimos meses también comenzó a flaquear. La tasa de desempleo sí sigue muy baja, en mínimos de 50 años.
Todo lo mencionado llevó a la Fed a decretar este nuevo recorte, aunque el propio Powell aclaró que no habrá acciones similares hasta que se conozcan nuevos datos macro. Probablemente, el Comité estará ahora a la espera de ver si el acuerdo comercial entre Estados Unidos y China (llamado “fase 1”, es decir, casi precario) es finalmente firmado, y si este acuerdo ayuda a recuperar parte de las pérdidas que está sufriendo la economía local. Por otro lado, la posibilidad de que el Brexit, si finalmente se concreta, no sea duro como pretende Boris Johnson, también puede tener un cierto peso en la decisión de la Fed, si es que la incertidumbre global va cediendo.
Lentamente, entonces, se va dando la situación por la que tanto insiste el presidente Trump. El mandatario presiona a la Fed cada vez que le es posible, pidiendo una tasa de interés en cero o incluso negativa, que aliente el consumo, y que le de impulso en su carrera por la reelección en 2020.
En tanto, el Banco de Canadá dejó sin cambios la tasa de interés de referencia, quedando en el 1.75%, y dejando la puerta abierta a recortes a futuro. El dólar canadiense, que en los días anteriores se mantuvo firme en torno a 1.3060, cedió más de 140 puntos para superar 1.3200 apenas conocida la decisión del BoC. Posteriormente, la caída del dólar le dio aire al Loonie.
El yen, por su parte, llegó a mínimos de 3 meses, y se acercó a 109.30, nivel que parece invulnerable por el momento. No le será fácil al dólar ganarle ahora la contienda al yen, con el nuevo ciclo bajista que aborda la moneda estadounidense. El anuncio de política monetaria del Banco de Japón, conocido a primera hora, no ofreció sorpresas. El Sr. Kuroda, titular del BoJ, hace grandes esfuerzos con políticas monetarias ultra flexibles que de poco sirven cuando las cosas se complican: los inversores se vuelcan de inmediato al yen, como también a la muy volátil onza de oro, que el miércoles mostró una amplitud de precios muy importante.
Pasado el día clave de la semana, el PBI mensualizado de Canadá será el dato más importante del día, junto con los habituales informes de cierre de mes, como las cifras de ingreso y gasto personal, deflactor de inflación y PMI de Chicago. Pasada la sesión americana, el mercado entrará en la típica pausa anterior al dato de empleos de octubre, que se conocerá el viernes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College